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jueves, 3 de marzo de 2011

¿Dónde está la esperanza de nuestros niños y niñas?

Diego A. Mora Ariza | Proyecto Jóvenes Pioneros | Publicado el 11 de junio de 2010 El Colombiano
Mi hija me preguntó hace unos días ¿papi, qué es cadena perpetua? La pregunta me tomó por sorpresa, pues no entendí de dónde le surgió tal inquietud. Le respondí sencillamente: “es un castigo que se le da a las personas que hacen cosas muy malas y las meten a la cárcel”. Mi hija contrapreguntó, ¿pero entonces no es tan mala, si por el castigo les dan una cadena? Obviamente, su reflexión me causó mucha gracia y riendo le expliqué, que la cadena no es como las que nos ponemos en el cuello, sino que se ponen en los pies y quien las lleva, no se las puede quitar para nada. Mi hija perdió el interés y se fue a jugar a su habitación. Yo me quedé pensando en lo que ella me preguntó y es lo que ha motivado este artículo.

No entiendo cómo fue posible que el referendo, que pretendía implementar la cadena perpetua para violadores de niños y niñas, no pasara el examen de la Corte Constitucional y que los ciudadanos no hayamos podido decidir. Es inconcebible que un país, con los índices de violencia sexual contra menores como Colombia, pierda una oportunidad como esta para ponerle el freno a este delito tan atroz. Claro está que los promotores del referendo podrán intentarlo de nuevo, sin embargo ¿cuánto tiempo tendremos que esperar a que la iniciativa pase todos los procesos? ¿Cuántos niños y niñas más serán violentados sexualmente, mientras “aprueban” esta ley? Si nos ceñimos a las estadísticas y hacemos proyecciones, el número sería absurdo y prefiero no escribirlo, porque incluso escribir solo el número uno nos arrojaría una cifra terrible.


Algunos pensarán, ¡un solo niño o una sola niña, no es gran cosa! Pero qué equivocados están, uno solo, apenas es el comienzo. Uno solo, es acabar con una vida inocente, es hacer que crezcan niños con rencor y odio, es formar adolescentes reprimidos y con ganas de vengarse, ¿de quién?… del mundo en el que nacieron y que los hizo pasar por tan horrible situación.

¡Atención seres humanos, padres de familia, gobernantes! No podemos perder la sensibilidad, es tan malo saber que uno solo ha sido violado o que son 2.000 o quizás más. Uno es solo el principio; y debemos tener algo presente que quizás muchos de los que ahora están leyendo este artículo no han pensado, ese uno, ese comienzo, ese principio, puede ser aquel niño o niña que todos los días te hace reír o llorar de alegría, puede ser Mariana, Juan Pablo, Raquel, Tomás, Laura, Alejandra, María Isabel, pueden ser ese niño o esa niña que estuviste cuidando durante nueve meses y que no veías la hora de que naciera, puede ser ese niño o esa niña que al nacer te atrapó de por vida, sin ni siquiera haberte tocado, puede ser ese niño o niña, que todos los días acude a ti, porque necesita solucionar un problema, como correr su pequeña silla, sacarle punta a un lápiz o que quiere agua porque tiene sed, pero su estatura no le alcanza para coger un vaso. Es ese niño o esa niña, que no te llama por tu nombre como lo hacen todos, sino que te dice papá o mamá.

Atención SER HUMANO llegó la hora, la cifra debe ser cero.

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