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viernes, 18 de noviembre de 2011

De la crianza y otros “demonios”

Diego Mora | Publicado el 19 de noviembre de 2011 El Colombiano


Hace poco estaba en el parque con mi hija y ella empezó a portarse “mal”, así que aproveché que había un policía cerca y le lancé una amenaza, muy común por cierto: “sigue así y viene el policía a llevarte”. Mariana me miró e hizo caso, pues su comportamiento cambió de inmediato, con lo que yo no contaba, era con que el policía escucharía lo que dije y se acercaría a nosotros.
No me asusté, pues sabía que no había hecho nada “malo”, mi hija se aferró a mis brazos y supongo que por su mente de casi seis años, pasó la idea de que venía a llevársela. El patrullero me saludó amablemente, me preguntó el nombre al igual que a Mariana, quien congelada de pánico no pronunció palabra, y me dijo lo siguiente: “Don Diego, por favor no vuelva a decir eso, muchas personas amenazan a sus hijos con que la policía vendrá a llevárselos y algunos de ellos crecen con temor y odio por la institución”. Se despidió y se fue. Yo le agradecí, en parte por el consejo y también por lo de “Don”.
Mariana se descongeló y yo me quedé pensando en que el señor policía tiene razón. A veces los padres de familia no encontramos una manera diferente de controlar ciertas actitudes de nuestros hijos y acudimos a la “amenaza” como opción, lo cual en la mayoría de los casos es un error. Si te portas mal viene un “loco” y te lleva. Si haces eso viene el “coco”. Sigue así de desobediente y el niño Dios no te trae regalos. Me haces caso o viene la policía y…
De alguna manera creo que los padres somos responsables de los miedos con los que crecen nuestros hijos. Nos volvemos sobre protectores y les vamos trasladando nuestros propios temores. Debo confesar que le tengo miedo a las alturas y por supuesto no permito que mi hija salga al balcón, además porque un día la mamá la encontró colgada de las barandas intentando mirar hacia abajo, ¡qué tal esto! (nada que ver con un noticiero por ahí).
No pretendo decir cómo criar a los hijos, cada padre y madre tendrá su propio criterio. El policía me dio una lección, al menos así lo asumí, y creo que eso me puede ayudar a ser un mejor papá, y claro, una mejor persona. ¿Cuántos de los estudiantes que hoy protestan y atacan a la policía con piedras y papas explosivas recibirían de sus padres amenazas que tenían como protagonista a los hombres de verde?
Hoy controlo más mis emociones cuando estoy con mi hija, trato de pensar antes de corregirla, trato de explicarle el por qué de mis decisiones. No es fácil, pues crecí en una sociedad cuyo imaginario te indica que “la letra con sangre entra”, pero es mi decisión romper ese paradigma, por lo menos con Mariana, así estaré asegurando que ella y sus hijos empiecen realmente a transformar el mundo.

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