Hace
unos días se generó una polémica, la seguí vía Twitter, por una foto de la
revista Hola, en la que se veía a cuatro mujeres sentadas en la sala de una mansión,
ubicada según la revista, en el Beverly Hills de Cali. En segundo plano se
pueden observar un par de mujeres afrodescendientes o negras, con charoles y sus uniformes
de empleadas domésticas, listas y atentas a atender a las "patronas".
Vea aquí la foto http://t.co/RHehHttz
Leí
muchos Tweets que decían que eso era racismo, que cómo era posible que
mostraran a estas mujeres de esa forma y más y más carreta que se queda, como
casi todo lo que pasa en el país, en el gran libro de nuestro anecdotario
nacional.
La
verdad, no expresé en ese momento ninguna opinión y tampoco lo haré ahora, pero
ese tema me sirve de introducción para hacer una reflexión frente al tema del
racismo en cualquiera de sus formas, aclarando que no solo se da de blancos a
negros, también viceversa y en sentidos contrarios que, por supuesto, se
complementan.
Empiezo
por aclarar que no me parece un insulto ni despectivo decirles negros, eso sí
depende del tonito, como todo en la vida, que se utilice. No conozco el primer
negro que se enoje porque le recuerden el color de su piel y creo que no tiene
porqué hacerlo. Tampoco conozco ningún pastuso que se enoje porque le recuerden
la región donde nació; pero si tiene porque enojarse un negro o un pastuso
cuando le dicen: -negro hp- o -pastuso
bruto-, en este último caso el periodista Chelo de Castro puede ilustrar mejor
el asunto.
Desde
que tengo uso de razón, bueno eso es hace poco; mejor dicho, desde muy niño
recuerdo un comercial de televisión en el que una señora negra pero vestida de
un blanco luminoso (uniforme de empleada doméstica) nos dice que se llama
Blanquita y que usa una marca de desinfectante específica porque le deja la
ropa muy limpia, blanca y además le ayuda a ahorrar dinero. Vea aquí el
comercial de 1986 http://t.co/guFZ3bvz
Hasta aquí
podría decir que todo normal, una idea de campaña en la que juegan con el color
de piel de alguien y su nombre para generar impacto. Supongo que esta empresa
vende mucho dinero pues se ha logrado mantener en el tiempo con este producto y
además la campaña ha sido un éxito, pues el concepto no lo cambian desde hace
más de 20 años.
La
campaña más reciente evolucionó, aunque Blanquita sigue siendo la misma, eso
creo, y si no lo es, consiguieron una muy parecida; ahora no sale con su
uniforme blanco y resplandeciente, sino con ropa casual y muy fresca.
Sin
embargo, el comercial empieza con Blanquita diciendo "yo no tengo un posgrado, ni trabajo en la bolsa de valores" -vea
aquí el comercial de 2011 http://t.co/jEoed0xJ- y es en este momento en
el que me pregunto: ¿acaso esta campaña no genera un estereotipo alrededor de
las mujeres negras y las mete de lleno en el imaginario de que sirven solo para
las labores domésticas? ¿No es esta una forma de racismo? ¿Cuál es la
diferencia con la foto de Hola? ¿Por qué nadie se indigna con este comercial?
¿Si hay indignados porque no protestan igual que con la foto de Hola? ¿Por qué
en Colombia somos tan selectivos para protestar?
Los
seres humanos somos expertos en crear estereotipos y nos parece lo más normal
ver a los negros en las labores más duras y mal pagadas. Con esto no quiero
decir que se les dé más de lo que merecen de acuerdo a sus capacidades, pero ¿cuántos
de ellos habrá subvalorados por el solo hecho de tener ese color de piel? ¿Por
qué la mayoría de empleadas domésticas son negras? ¿Por qué la mayoría de
coteros son negros? ¿Esto indica que gran parte de las labores que requieren
fuerza están mejor realizadas si las hace un negro? ¿No les otorga esto una
capacidad extraordinaria? Simplemente unos interrogantes para la reflexión.
No diré
que me he sentido mal toda la vida con este comercial, pues no es así, creo que
se debe, en parte, a mi uso de razón tardía. Pero nunca es tarde para tomar una
posición y defenderla y eso hago al escribir esto. No sé si tenga tanto eco
como la protesta por la foto, pero como siempre he dicho, con una sola persona
que se sienta identificada con lo que uno escribe, se ha logrado el objetivo.
No he
hablado de este tema con mi esposa nunca, pero me doy cuenta de que ella nunca
compra esa marca de desinfectante. Creo que esa es una gran, y quizás la mejor, forma de protestar ante una empresa que vive de las ventas; y parafraseando a
Blanquita que nos dice que es “la
autoridad en el cuidado del bolsillo” pues eso somos todos nosotros, así
que veamos bien a qué empresa le compramos.
Alguna
vez me contaron un chiste: dos amigos estaban conversando y le pregunta uno al
otro: -A vos cómo te caen los negros? –No, hermano, no los puedo ni ver, los
odio. –Y a vos cómo te caen? –Hermano, a mi si me caen muy bien
los negros, por eso esta semana me voy a comprar dos.
Por
último, la esclavitud se abolió hace muchísimo tiempo, esa esclavitud que a la
gran mayoría nos tocó conocer en los libros, con negros atados a cadenas y que
eran negociados como cualquier mercancía. Es el momento de acabar de una vez
por todas con la esclavitud en nuestra mente, eliminemos los estereotipos, no
permitamos que los imaginarios sociales sigan creciendo y nos hagan pensar que
alguien vale menos que nosotros por el color de su piel. Cuando esto suceda,
estoy seguro de que empezaremos a salir del atraso
mental, ese que nos tiene en plena posmodernidad haciendo que Blanquita esté
cada vez más negrita.
@DiegoMorita
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