Esta
fue una de las peores semanas que hemos vivido en Colombia en los últimos años.
Tres ataques terroristas consecutivos en Tumaco, Villa Rica y Miranda que dejan
un saldo de 25 personas muertas y más de un centenar de heridos, además de
miles de millones de pesos en pérdidas materiales.
Un
estudio de la Universidad Sergio Arboleda publicado recientemente, arrojó que
enero de 2012 es el mes más violento en 8 años, teniendo en cuenta solo lo que
se refiere al “conflicto armado” y no la delincuencia común. Si se quiere
encontrar un mes más violento que este debemos remontarnos al año 2004.
No
es un problema de percepción, los ataques son reales así como los muertos y la
destrucción que posteriormente desembocará en un aumento del miedo, que al
final de cuentas es, uno de los mayores logros del terrorismo. Algo peor que
salir con miedo a la calle y preguntándose ¿hoy qué pasará, dónde será el
ataque? Precisamente en el momento en que escribo esto veo que El Espectador
publica en su versión web: “Guerrilleros de las Farc lanzaron
explosivos contra estación de Policía en Arauca” (Feb 4/2012 – 10:50
am). Este sería el cuarto ataque en cuatro días y no menciono el caballo bomba,
o los dos policías asesinados por un francotirador en Remedios – Antioquia,
entre otros.
No
quería escribir de este tema, pues a través de Twitter he lanzado mis opiniones
al momento de enterarme de lo que pasa, pero siento que debo hacerlo,
precisamente, al leer ciertos comentarios que reducen la situación del país y
lo que las personas opinan, a una pelea entre Uribistas y anti Uribistas.
Hay
que ser “ciego” para no darse cuenta que el país va en retroceso en materia de
seguridad, que la guerrilla se está reorganizando después de ocho años en que el
gobierno de Álvaro Uribe la combatió de frente y logró menguar su capacidad de
ataque, incluso el objetivo del estudio de la U. Sergio Arboleda es “dar
una voz de alerta a las autoridades para que elaboren nuevas estrategias de
seguridad, sobre todo en el plano regional, pues la guerrilla no está dando señales de
debilidad, sino de recuperación".
En
sus múltiples intervenciones en Colombia y alrededor del mundo y fiel a la
coherencia en el discurso que siempre lo ha caracterizado, algo que le falta a
nuestro Presidente actual Juan Manuel Santos, Uribe expresa: “no
dejé un paraíso, pero el país iba bien” y no conozco una sola persona
detractora de su gobierno, por supuesto, que refute esta afirmación.
La
pelea no es de seguidores o detractores, la pelea es de todos contra el
terrorismo. Debemos unirnos y rechazar este tipo de actos con la misma
vehemencia con la que se rechaza el caso AIS o las chuzadas del DAS o la amistad
entre Santos y Chávez o la creación de 11 mil nuevos cargos en el Estado.
Puede ser que no estemos de acuerdo con lo que hace o dice Uribe o lo que, en este caso,
hace o dice Santos, pero si tenemos que estar de acuerdo en que el enemigo de
Colombia es el terrorismo, si logramos total coherencia entre nuestro discurso
y nuestras acciones ese día Colombia será un país mejor.
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