En
un día como hoy ella se marchó. Era un día de lluvia en el que las nubes grises
cubrían con su tristeza la ciudad, que adormilada intentaba seguir su curso.
Estoy solo, solo con mi orgullo que no me permite salir corriendo a buscarla,
pero la decisión está tomada y no hay marcha atrás, aunque mi corazón
destrozado, intente dar la vuelta para ir a recuperarla. Habíamos matado el
amor, eso creo, pero nos negamos a darnos cuenta hasta que fue demasiado tarde
para tomar una decisión civilizada. Quisiera verla de nuevo, una última vez y decirle
que no fue mi intención, claro que estaría mintiéndole.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Sígueme en Twitter @DiegoMorita