Medios de información colombianos dieron a conocer un cruce de correos entre algunos militares retirados que, supuestamente, plantean la posibilidad de un golpe de Estado en Colombia, nombrar un gobierno de transición y convocar a elecciones en un período no mayor a seis meses.
Está claro que en materia de seguridad el gobierno está confundido y de nuevo Colombia vive y revive sus peores épocas, esas "comunes" en los noventa y que continuaron, con tendencia a la baja, en los ocho años de la presidencia de Uribe.
Los terroristas parecen haber tomado un segundo aire, gracias a la "obsesión" del actual mandatario de conseguir la paz a como dé lugar, así sea con un acto legislativo que brinda una especie de inmunidad para negociar pero a la vez abre la puerta para dejar delitos en la impunidad.
Los golpes de Estado hacen parte de la historia de América Latina. En 1964 cayó la democracia en Brasil, en 1966 y 1976 en Argentina, en 1973 en Chile, en 1968 en Perú, en 1972 en Bolivia y en 1973 en Uruguay, por citar algunos casos.
La década del 80 marcó el regresó de la democracia, con excepción de Paraguay en 1989 y el autogolpe de Fujimori en 1992.
En 2002 Hugo Chávez fue apartado del poder dos días, pero el Ejército lo llevó nuevamente al Palacio de Miraflores. El golpe más reciente es el de Honduras y la salida del poder de Manuel Zelaya.
¿Y este breve repaso de historia para qué?
Colombia no puede vivir un golpe de Estado, sin importar de qué lado venga la iniciativa. Nuestro país se da el lujo de ser la democracia más estable y antigua de la región, además como sociedad poseemos mecanismos legítimos para "tumbar" a un gobierno.
Tenemos el poder del voto, el mayor de todos los poderes democráticos. En 2014 podremos elegir a un nuevo presidente, si eso queremos, y haremos uso de nuestro derecho constitucional o adelantar una iniciativa popular que reforme la Constitución y permita la revocatoria del mandato, que actualmente solo aplica para alcaldes y gobernadores, pero siempre bajo el marco de la legalidad y la legitimidad sin desviar el camino.
Un golpe de Estado generaría caos y eso es lo que Colombia menos necesita.
Por último: Presidente Santos, aún está a tiempo de corregir el rumbo. Nadie le pide que gobierne como su antecesor, pero sí que respete la plataforma que lo eligió. No premie el terrorismo con el Marco para la Paz. Usted pasará a la historia como un buen o un mal mandatario ¿cómo quiere que lo recordemos?.
@DiegoMorita
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