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jueves, 26 de diciembre de 2013

Perdimos el año

La constante zozobra en la que vivimos los colombianos me hace pensar que el año 2013 lo perdimos con una calificación muy baja. Afortunadamente no hay forma de repetirlo, como en los colegios, porque estos 365 días son dignos de olvidar.

Cada uno puede hacer su propio balance, estos son tres puntos del mío:

Perdimos ante las Farc. Este grupo terrorista logró ganar nuevamente un espacio que el Estado, en los ocho años de Uribe, le había quitado. Hoy, son una contraparte valida y gracias al lenguaje usado por los negociadores en La Habana parecen más un grupo de rebeldes sin causa buscando reconocimiento que unos feroces asesinos sin escrúpulos que hacen lo que les viene en gana mientras el país sufre, situación que poco le importa al Presidente Santos que contrario a su promesa de que el proceso no sería su obsesión, precisamente en eso lo convirtió y se hace el ciego ante cada arremetida violenta, ante cada muerte de soldados y policías, ante cada lagrima de familiares, de viudas, de huérfanos.

Perdimos ante Nicaragua. Las pretensiones de Ortega frente a nuestro territorio son cada vez mayores. La ofensiva diplomática de nuestro país es nula o tan secreta que nadie tiene ni la menor idea de lo que Holguín tiene en la cabeza. Las culpas se endilgan de un gobierno a otro y como para variar han tratado de hacernos creer que Uribe tuvo la oportunidad de evitar este descalabro y no hizo nada. Sí, ese es el talante del gobierno actual de Colombia.

Perdimos la confianza. Llegamos a ser una sociedad que creía profundamente en lo que era, había esperanza y el miedo que por años nos embargó desapareció. Volvimos a reír y a estar orgullosos de ser colombianos. Hoy, muchas de esas cosas están en pausa. El miedo hace parte de nuestro día a día. No sabemos por cuál camino vamos, pero muchos sentimos que no es el correcto y aunque nos den visas por 10 años o quiten las restricciones para el viejo continente, los colombianos anhelamos la libertad en nuestro territorio, anhelamos la paz pero de verdad y no en el papel y con visos de impunidad.

Y fueron muchas más las áreas en las que perdimos: Gramalote sigue son reconstruirse, no hubo reforma a la justicia ni a la educación, no se entregaron las casas prometidas y a los campesinos les cumplen a medias, por citar unos pocos ejemplos. Balance flojo. Saldo en rojo.

Por último: empezamos un año electoral y en nuestras manos está elegir el camino para recuperar lo perdido o buscar otro rumbo, ¿cuál será nuestra decisión?

@DiegoMorita


jueves, 19 de diciembre de 2013

Quemando la navidad

Por DIEGO MORA | Publicado el 18 de diciembre de 2013 El Colombiano


Es tan absurda la cifra de personas quemadas, la mayoría de ellas menores de edad, que evitaré escribirla a lo largo de esta columna. Aquella persona interesada en conocerla puede hacer una sencilla búsqueda en internet o esperar el reporte diario de los noticieros.

Cada año es lo mismo. El Gobierno Nacional apoyado por los departamentales y locales, empieza en noviembre una fuerte ofensiva contra el uso de pólvora en Navidad. Se incautan varias toneladas de elementos "listos para ser distribuidos" y se detienen algunas personas, que seguramente, salen pronto de la cárcel. Se imprimen afiches, se reparten volantes, los funcionarios mojan prensa tratando de sensibilizar a la ciudadanía y sobre todo metiéndonos miedo a los padres de familia, pues en caso de que nuestros hijos se quemen con pólvora, nosotros somos los responsables. Todo muy lindo, muy loable y como se le quiera llamar pero al final de cuentas inútil, porque cada año los pabellones de quemados se llenan más.

El uso legítimo del poder, ese que les otorgamos los ciudadanos con nuestro voto cada cuatro años a los políticos, no requiere solo buena voluntad. La autoridad es un principio fundamental que todo gobernante debe poseer. No se aprende a tenerla, se aprende a ejercerla. Quien llega al gobierno queriendo aprender a tener autoridad, termina siendo un autoritario y por ende un pésimo gobernante. Todo lo que Colombia ha hecho para evitar el uso de la pólvora ha sido infructuoso porque los gobiernos no le han metido el diente como debe ser a este problema, se ha perdido el tiempo y paralelamente a eso, se han perdido vidas y sueños.

Pero la culpa no es solo del Estado, la mayor parte de la culpa la tenemos los mismos colombianos y nuestra falta de cultura pensando en "eso no me pasa a mí". Tomemos como ejemplo a Medellín y su famosa "alborada". Cada año a las 12 de la madrugada del primero de diciembre, los paisas tenemos que soportar un largo rato de pólvora ininterrumpida. ¿De dónde sale el dinero? ¿De dónde sale la pólvora? ¿Por qué, y a pesar de todas las advertencias, es imposible evitarla? Sencillo, porque el Estado y el gobierno local son ineficientes (los actuales sobre todo) y porque "eso no me pasa a mí" y el "que se vengan a las comunas a ver si pueden pararnos", es la consigna de sus organizadores.

Por último: aquel que quema pólvora es igual al que conduce en estado de embriaguez, cuando entiende las consecuencias de sus actos, por lo general, es demasiado tarde ¿será que algún día entenderemos que en ocasiones no es necesario llegar hasta el final para detenernos?.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/Q/quemando_la_navidad/quemando_la_navidad.asp

sábado, 14 de diciembre de 2013

Oportunidad para Bogotá

Por DIEGO MORA | Publicado el 11 de diciembre de 2013 El Colombiano


Al contrario de muchos que lo han convertido en un héroe por sus decisiones, todas ellas con alto grado de polémica, no creo que el procurador Alejandro Ordóñez sea un superhombre o el personaje del año en Colombia; simplemente creo que es alguien que está haciendo su trabajo con aciertos y errores como cualquier ser humano.

Su diferencia radica precisamente en eso, en que está haciendo su trabajo y por eso genera tantos odios y amores. ¿Recordamos acaso el trabajo de quienes ocuparon ese cargo antes, sus ejecuciones, sus decisiones? ¿Quién las tiene presentes? Es más, quiénes recordamos a los anteriores procuradores sin ir a Google?

La decisión de destituir e inhabilitar a Gustavo Petro se veía venir porque si ya había sido inhabilitado el gerente de la empresa de acueducto, en parte responsable por el caos de las basuras, era lógico que su jefe directo y quien lo llevó a ese desastre, desatendiendo todas las voces que le dijeron que el modelo no serviría, también tendría una sanción.

El destituido e inhabilitado, en primera instancia, alcalde de Bogotá ha acudido desde el mismo segundo en que conoció el fallo a politizarlo. Se ha victimizado y ha expresado que es una persecución. Era lógica esta reacción. Petro siempre ha demostrado ese carácter propio del mal perdedor y que se alimenta de su prepotencia. Claro, es que él le ganó la alcaldía a Enrique Peñalosa (el mejor alcalde que ha tenido Bogotá en los últimos años) que era apoyado porÁlvaro Uribe Vélez (el mejor presidente que ha tenido Colombia en su historia), así que era obvio que el ego se le aumentaría.

Hoy Bogotá está en el limbo. Los seguidores de Petro han salido a las calles a apoyarlo y a rechazar la decisión del procurador llamándolo "paraco y fascista", por mencionar lo más suave que le están diciendo. La Procuraduría y la casa de Ordóñez se encuentran militarizadas para evitar que sean atacadas por aquellos que no acatan el fallo y lo tildan de arbitrario y un atentado a la democracia. En defensa de los "petristas" debo decir que están en todo su derecho a protestar siempre y cuando lo hagan legalmente y sin ocasionar caos (más) en la ciudad.

Creo que la decisión del procurador es acertada. Cambiar el modelo de las basuras en Bogotá la sumió en un desastre absurdo para esta época y el culpable debe pagar por ello.

Por último: Bogotá tiene una nueva oportunidad. Si se ratifica el fallo, los bogotanos tendrán la posibilidad de elegir bien y darle un giro a una ciudad llena de oportunidades, pero que ha retrocedido gracias a los tres últimos gobiernos, casualmente de izquierda. ¿Para qué lado será el giro?


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/O/oportunidad_para_bogota/oportunidad_para_bogota.asp

jueves, 5 de diciembre de 2013

El reencauche de los expresidentes

Por DIEGO MORA | Publicado el 4 de diciembre de 2013 El Colombiano


Creo que compraré o esperaré a que me lo presten, el libro "Memorias olvidadas " del expresidente Andrés Pastrana. No es que me interese realmente lo que dice, pero creo que puede ser una buena lectura que nos ayude a entender muchas cosas y a enterarnos de otras.

Aunque lo principal del libro ya se dio a conocer, creo que será muy bueno ver la posición que asume Pastrana con el desastre que ocasionó despejando el Caguán, lo único por lo que Colombia lo recuerda y no de manera muy positiva que digamos.

La presentación de este libro ha servido para que los expresidentes Gaviria, Samper y el ahora candidato (por la renovación) al Senado Horacio Serpa sean el centro de atención, ya que son mencionados por Pastrana en todo el escándalo del proceso 8.000, ese pedazo funesto de nuestra historia que ojalá pudiéramos olvidar pero que no podemos hacer hasta que se haga justicia.

Esta pelea entre Pastrana y Gaviria (porque Samper no ha querido meterse a la candela, pues el que tiene rabo de paja no puede hacerlo) ha servido para conocer ese lado turbio de estos personajes, sobre todo del expresidente liberal, que en una entrevista en directo para televisión se salió de la ropa y llamó al expresidente Conservador "pequeño enano moral". 

¿Qué nos deja esta confrontación? Primero debo decir, que no me parece malo que se enfrenten. Colombia tiene derecho a conocer la verdad y aunque han pasado casi 20 años nunca será tarde para que sepamos qué pasó, cómo pasó y quiénes sabían que el narcotráfico estaba financiando una campaña a la Presidencia.

Es paradójico que los expresidentes que se llenan la boca pidiéndole mesura en sus palabras aÁlvaro Uribe Vélez cuando sale a poner la cara, sean quienes hoy en día protagonizan peleas ante las cámaras de televisión y los micrófonos en la radio utilizando un lenguaje fuerte y mostrando odio en su expresión corporal. 

La figura del expresidente no existía en Colombia hasta Uribe. Los anteriores se retiraban a vivir tranquilos de la pensión y asistían a las reuniones de la Comisión de Relaciones Exteriores a tomar café. Uribe le dio un giro a esta figura, fue muy criticado pero hoy todos quieren ser como él: protagonistas del día a día.

El Partido Liberal, Gaviria, Samper, Serpa y los demás le deben a Colombia una explicación, la verdad de lo que pasó. ¿Tendrán los pantalones para hacerlo?

Por último: dejen de tenerle tanto miedo a la historia. Si hay que hablar de Escobar mil años hay que hacerlo, lo importante es que aprendamos de lo que pasó y trabajemos para que no se repita.


@DiegoMorita

jueves, 28 de noviembre de 2013

Mariana y la política

Por DIEGO MORA | Publicado el 27 de noviembre de 2013 El Colombiano


Llevaba varios minutos frente a la pantalla y la hoja seguía en blanco, solo el cursor aparecía y desaparecía cada vez más rápido, como si se estuviera desesperado y quisiera decirme "empieza ya". 


De un momento a otro llegó mi hija y se sentó a mi lado. Con su inocencia y después de saber que no se me ocurría nada para escribir me dijo: escriba sobre las declaraciones de Pacho Santos y sobre Óscar Iván Zuluaga que anoche dijo que le iba a ganar a Juan Manuel Santos

Suena increíble que una niña que apenas va a cumplir ocho años proponga ese tipo de temas para una columna pero eso tiene una explicación: vimos juntos las noticias y además, ella lleva bastante tiempo metida en ese cuento político (por culpa de mi trabajo).

Lo pensé bien, es un buen tema, coyuntural como me gusta y empecé a pensar en qué orientación darle. Mariana se sentó a dos metros, también a escribir uno de sus cuentos con ideas locas que se le ocurren a cada segundo y que escribe, obviamente a mano, en cualquier cuaderno que encuentre con hojas disponibles. Es una niña muy creativa y sin pereza para pensar, gran ventaja que tienen los infantes de la posmodernidad.

No se me ocurría cómo empezar a escribir la columna. Quería decir que me parece loable que Pacho Santos rompiera su silencio y que lo hiciera hablando desde el alma, con honestidad y sin hacer cálculos, razón por la cual muchos le cayeron encima y empezaron a llamarlo desleal y un Santos más. Pensaba en Óscar Iván Zuluaga, un gran tipo inteligente y preparado pero que tiene un camino muy difícil que recorrer para lograr que Colombia lo conozca. 

Volteé a mirar a Mariana y ya llevaba media hoja escrita. Le pregunté qué escribía y me dijo que un cuento llamado "Lina no sabe nada". Lo primero que se me ocurrió preguntarle fue de qué se trataba y en un tono un poco irónico me respondió "pues de una niña que se llama Lina y que no sabe nada". Ese fue uno de los momentos en los que sentí que mi propia hija ya me había superado.

Pensé mucho en la política colombiana. En los malos manejos que le dan la mayoría de los que se dedican a ella. Ser transparente en este país parece que no sirve, porque vivimos en una sociedad que no está preparada para la verdad.

Por último: leí todo lo escrito y concluí que personas como yo estamos en esto porque queremos que Colombia sea un mejor lugar para personas como Mariana.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/M/mariana_y_la_politica/mariana_y_la_politica.asp

sábado, 23 de noviembre de 2013

El incompetente

MIÉRCOLES, 20 DE NOVIEMBRE DE 2013 - LA OTRA ESQUINA

Siento tener que decir esto, pero el actual Alcalde de Medellín Aníbal Gaviria, es el más incompetente que ha tenido la ciudad en los últimos 1500 años. Si, exagero en el tiempo pero es solo para dimensionar lo mal que está la ciudad.

La última perla del señor es no prestarle el estadio Atanasio Girardot a Nacional para afrontar su partido por la primera fecha de los cuadrangulares finales de la Liga Postobón. La decisión está basada en los incidentes, peleas, vandalismo, disturbios y mal comportamiento de algunos criminales que se disfrazan de hinchas y que en cada partido, sea cual sea el rival, terminan en confrontaciones a las afueras del estadio y sus alrededores.

Basándonos en la lógica de Gaviria, tanto Nacional como Medellín, no podrían jugar jamás en el Atanasio, pues como lo dije antes, en cada partido hay peleas, no importa el equipo.

Este Alcalde, que le ganó a Luis Pérez en las pasadas elecciones solo por 12 mil votos (con lo que quiero evidenciar que su victoria no fue arrolladora como lo pensaba), no tiene ni una pizca de liderazgo y mucho menos autoridad para una ciudad tan compleja como Medellín. Son evidentes los problemas de seguridad, del tema ya hemos escrito en varias ocasiones, la movilidad es un caos, el desempleo no disminuye, los problemas para entregar vivienda son reales pero no salen a la luz pública y la modernización de la administración fue un fracaso, o acaso alguien puede decir que la creación de vicealcaldías (burocracia y derroche) sirvieron para algo.

Gaviria se ha concentrado en internacionalizar la ciudad y buscar cuanto premio exista para poder decir que hace algo, pero su ineficacia es abismal. Solo hay que traer a colación la crisis del Edifico Space. Él se encontraba disfrutando de unas “merecidas” vacaciones (no sé de qué descansaba) cuando ocurrió la tragedia, un sábado. Regresó a la ciudad el jueves, es decir 6 días después, y la explicación que dio en Blu Radio fue que había sido muy difícil organizar el viaje de regreso, desde tierra santa, por aquello de los vuelos internacionales, las conexiones y bla bla bla. Juzguen ustedes estas declaraciones y díganme si no son muy débiles. ¿Quién le hubiera reprochado a un gobernante comprometido con su ciudad que hubiera alquilado un avión que lo trajera de inmediato a ponerse al frente de la situación? Pues yo soy muy crítico pero habría valorado el gesto de que contra viento y marea llegara a la ciudad. Pero no fue así, tanto que quien estaba como Alcaldesa encargada, al parecer, desempeñó una labor digna de reconocer.

Prohibir el parrillero es otra de las medidas de la actual administración de Medellín, con el fin de evitar, eso creen, los crímenes. El tema poco se cumple, en las calles se ven dos hombres en moto de manera tranquila. Mientras se tomen acciones para frenar a los criminales pero no se haga seguimiento y se haga cumplir la Ley, no funcionarán. Eso lo sabe el Alcalde, pues es estudiado, pero no tiene ni la menor idea de cómo implementarlo.

Se dice que los homicidios en Medellín han disminuido de manera considerable. La administración saca pecho, no obstante esta reducción al parecer se debe a un pacto entre combos que dominan las comunas de la ciudad. Entre ellos no se están atacando, hay una relativa paz en comunas que han vivido épocas de violencia aterradora pero no gracias a la acción eficaz del gobierno sino a la decisión de los combos. 

No sé que seguirá en Medellín. ¿Toque de queda en las noches para evitar robos? ¿Pico y placa todo el día para mejorar la movilidad? Cualquier cosa puede pasar, pero quienes vivimos en Medellín tenemos que estar atentos y pronunciarnos. Todos hacemos parte de la política, quienes creemos en ella y aquellos que dicen odiarla, es nuestro deber ejercer control político a los gobernantes, así no hayamos votado por ellos.

Post Scriptum: no puede ser casualidad que actualmente Juan Manuel Santos sea Presidente de Colombia, Gustavo Petro y Aníbal Gaviria alcaldes de Bogotá y Medellín y Sergio Fajardo Gobernador de Antioquia. Creo que la vida nos está mostrando los errores que no se pueden volver a cometer cuando vamos a elegir. Solo hay que evaluar el estado actual de los lugares que estos señores están gobernando para darnos cuenta de que esta época de zozobra, malas administraciones, falta de liderazgo, debilidad para ejercer autoridad, entre otras muchas cosas más, no la podemos volver a vivir o mejor dicho sobrevivir.

@DiegoMorita

jueves, 21 de noviembre de 2013

Reelegir a Santos

Por DIEGO MORA | Publicado el 20 de noviembre de 2013 El Colombiano


Tenía mis dudas sobre la posibilidad de que Juan Manuel Santos aspirara a reelegirse, pero con el pasar de los días y cuando la fecha límite para que lo anuncie se aproxima, debo confesar que la sensación que tengo es que tendremos presidente-candidato, con un caballito (agonizante) de batalla muy claro: la paz.

Santos no tiene nada más que mostrar, aunque se esmere por hacerlo. Las cifras y estadísticas no le dicen nada a un país que reclama seguridad y confianza, dos elementos perdidos en tres años y medio.

Pero veamos qué tendremos los colombianos si reelegimos a Juan Manuel:

¿Los cabecillas de las Farc en catamarán en Cartagena, hospedados en el hotel Santa Clara?

¿"Timochenko", "Iván Márquez" y "Santrich" en el Congreso?

¿Una economía creciendo al 3 % y no al seis como nuestro potencial lo permitiría?

¿Las locomotoras de Infraestructura y Minería varadas, sin gasolina ni timonel?

¿Más familias saliendo de la pobreza porque se ganan 200 mil pesos al mes? ¿En realidad, eso es salir de la pobreza?

¿Las regalías amarradas para todas las regiones y entregadas a cuentagotas gracias al "yo te doy pero tú qué me das"?

¿Otra reforma a la justicia abominable y procedimientos por fuera de la Ley para archivarla?

¿La muerte definitiva de la salud en Colombia gracias a un gobierno ineficaz que no ha podido darle solución a un problema que solo requiere voluntad?

¿Cien mil casas gratis más, después de que en campaña se ofreció un millón?

¿Más paros de transportadores, estudiantes, controladores aéreos, Rama Judicial, cafeteros, paperos, campesinos en el Catatumbo y los mineros? ¿Y un pésimo manejo de estas crisis desde el alto gobierno?

¿Más pérdidas de territorio? como los 75 mil kilómetros de mar en San Andrés y que un año después del fallo de La Haya aún no sabemos qué hará el Gobierno.

¿Seguir inaugurando obras del gobierno de Uribe y entregarlas como propias?

¿Más derroche de los recursos del Estado creando consejerías para todo problema que aparece, nuevas embajadas, consulados y cargos que no se necesitan?

¿Quince Ministros de Justicia, Interior y Agricultura? Si hemos tenido cinco en tres años a cuántos llegaremos en ocho.

Y podríamos seguir preguntando por las razones para reelegir a Juan Manuel Santos que son muchas pero el espacio es corto. Cada uno puede hacer el ejercicio y llegar a sus propias conclusiones.

Por último:Germán Vargas Lleras será candidato a la Presidencia ¿cómo hará para salirse de la Fundación Buen Gobierno? Será una maniobra digna de aquellos que usan la política para su beneficio personal sin importar por encima de quién haya que pasar.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/R/reelegir_a_santos/reelegir_a_santos.asp

jueves, 14 de noviembre de 2013

¿El acuerdo?

Por DIEGO MORA | Publicado el 13 de noviembre de 2013 El Colombiano


Humberto De la Calle, negociador estrella del Gobierno colombiano en La Habana, explicó en días pasados lo que representa el acuerdo sobre el punto dos (participación política), al que llegaron con las Farc después de más de un año de negociación.

Son veinte cuartillas que contienen el acuerdo y que se pueden resumir en tres puntos: garantías, participación y cambios en el sistema político.

Según De la Calle, las garantías buscan allanar el camino para que el Gobierno presente un proyecto de Estatuto de la Oposición. No se entiende para qué gastaron tanto tiempo en esto si nuestra Constitución lo establece claramente; parece que olvidaran de forma amañada el artículo 112 que establece: “los partidos y movimientos políticos con personería jurídica que se declaren en oposición al Gobierno, podrán ejercer libremente la función crítica frente a este, y plantear y desarrollar alternativas políticas”. ¿Acaso no es más fácil hacer cumplir la ley vigente que ponerse a inventar nuevos mecanismos que les sirvan solo a las Farc?

La participación aseguraría una revisión del sistema actual para que haya más incidencia en la formulación de políticas públicas. Esto va ligado al primer punto de la agenda (aunque nadie lo reconozca) sobre el agro. Nada mejor para los grandes despojadores de tierras que tener incidencia en las decisiones sobre lo que más les conviene.

Los cambios en el sistema político, sean los que sean, son un triunfo para una organización terrorista. Las Farc lograron arrodillar al Estado colombiano, consiguieron que se negociara bajo sus condiciones. Todos los días le midieron el aceite a un Presidente laxo y que lo apostó todo por este proceso, sin medir las consecuencias y sin escuchar el clamor de millones de ciudadanos que queremos la paz pero no bañada de impunidad. Queremos una paz justa no una paz a cualquier precio y de corto alcance.

Nos han dicho que seremos los colombianos los encargados de refrendar los acuerdos. Loable pero difícil de cumplir. ¿Se arriesgarán Gobierno y Farc a dejarles a los colombianos la decisión de aprobar un proceso plagado de errores y altamente impopular? ¡Creo que no! Pero hay que estar atentos para ver qué se inventan…

El acuerdo, según el Gobierno brinda una “apertura democrática para la paz”. Preocupa que la democracia más antigua y estable de América se negocie y redefina con aquellos que tanto hicieron por destruirla.

Por último: ¿La justicia discutiría con los violadores y asesinos las penas por sus crímenes? La respuesta es un rotundo no. Es por eso que no se entiende que se les haya dado tanto a las Farc y que no hayamos recibido de ellas sino dolor y sufrimiento.

@DiegoMorita


jueves, 7 de noviembre de 2013

La foto

Por DIEGO MORA | Publicado el 06 de noviembre de 2013 El Colombiano


¿Tienen afán las Farc en firmar un acuerdo de "paz" con el gobierno de Juan Manuel Santos ? Si juzgamos rápidamente la foto conocida hace pocos días en un catamarán, la respuesta es NO. Y es entendible su desinterés, para qué afanarse si en La Habana desde hace un año se están dando la gran vida. No los persiguen las autoridades, pasaron del monte y de dormir en hamacas o esteras a los lujos de El Laguito y son el centro de atención de los medios, incluso si hacen mucho ruido al correr una silla.

En la actualidad, las Farc tienen la sartén por el mango (cuando digo sartén hablo del presidente Santos), el proceso -sea lo que sea que hagan en Cuba- avanza a su ritmo, es decir, no avanza. Se han gastado un año en discutir dos puntos: el primero sobre el agro, del cual emitieron un comunicado largo pero que no dice nada, y el segundo, sobre participación política que dicen tenerlo en un 90 % listo y que obviamente es el que más les interesa, pues su anhelo (que es distinto al de los colombianos) es brincar sin esfuerzo de la selva al Congreso.

La foto, no es más que la muestra, nuevamente, de que a las Farc las tiene sin cuidado la opinión pública. "Tenemos derecho a descansar", expresó Rodrigo Granda y en eso tiene razón. El problema realmente es descansar en La Habana de reunirse tres días a la semana cuatro horas pero seguir ordenando ataques a la Fuerza Pública, destrucción de poblaciones, extorsiones y secuestros en Colombia ¿por qué de eso no descansan también?

Su accionar terrorista no lo cesan, ya que tienen al frente un gobierno laxo y sin carácter que se tragó el sapo de negociar en medio de las balas y el dolor de las miles de víctimas, excusa que sirve para justificar el continuo derramamiento de sangre y que eso pase sin que aquí, pase nada.

Lo más preocupante de todo es el cinismo con que Gobierno y Farc manejan lo que pasa en La Habana. Utilizan el mismo lenguaje para no decir nada, porque con nada nos quedamos los colombianos cada vez que hay anuncios de las partes. No hay avances, no hay luz al final del túnel. 

La foto representa que los colombianos ya perdimos con este proceso y que las Farc ganaron un espacio político y ser contraparte válida ante el Estado colombiano.

Por último: Navarro, Cepeda, Roy, pidieron no darle importancia a la foto, ¿será que si los protagonistas fueran otros pedirían lo mismo? Flota tranquila y descarada la doble moral en nuestro país.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/L/la_foto/la_foto.asp

jueves, 31 de octubre de 2013

Pacho Santos

Por DIEGO MORA | Publicado el 30 de octubre de 2013 El Colombiano


Conocí a Pacho Santos el mismo día en que empecé a trabajar con él, hace siete meses. Me recibió con una gran sonrisa y un abrazo diciéndome "gracias por arriesgarse a esta aventura". En esos días, la campaña apenas comenzaba pero él ya era el favorito del "uribismo" para convertirse en candidato presidencial.

Todo empezó muy rápido, viajes, eventos, conferencias, talleres democráticos y con cada uno de ellos fui conociendo un gran ser humano, una persona transparente, honesta, llena de defectos pero con innumerables virtudes. Conocí a un político sincero, que dice lo que piensa y hace lo que dice, sin ningún cálculo. Conocí al tipo de político en el que creo y que considero necesita Colombia.

Pacho o Pachito como le dice cariñosamente la gente que lo aprecia, y en burla aquellos que quieren ridiculizarlo, tiene una capacidad de trabajo impresionante, es inteligente, entiende con facilidad, sabe improvisar y disfruta lo que hace. Se me erizaba la piel cada vez que llegábamos a un lugar y la gente lo recibía con entusiasmo y cariño, para todos siempre tuvo un abrazo y una palabra de agradecimiento. Eso, y muchas cosas más, lo fueron convirtiendo en el candidato viable: alguien que les sabe llegar a todas las personas, lleno de carisma y además con un amplio conocimiento del país.

Tuvimos una campaña muy bella. Soy un inexperto en este tema, pero un apasionado de la política y por eso acepté el reto. Recorrimos Colombia de punta a punta y no hubo un solo lugar en el que Pacho no fuera recibido de buena manera, con algarabía y respeto. Le agradecían sus ejecuciones en los ocho años como vicepresidente, su dedicación y amor por Colombia.

Quizás suene poco objetivo todo lo que estoy escribiendo, pero lo hago primero porque ya Pacho no es candidato a la presidencia y segundo porque mi ciclo con él, en esta etapa, llega a su final y quiero rendirle un homenaje a una persona que tiene mucho potencial para entregarle cosas buenas a un país que las necesita.

No quiero dejar de mencionar el tema de las redes sociales. Pacho tiene cerca de 250 mil seguidores en Twitter y la gran mayoría de menciones que recibe son insultos. Una lástima que esta red se utilice más para destruir que para construir. Sin embargo nadie ha sido bloqueado por él, lo que demuestra su talante democrático.

Por último: el país merece más políticos como Pacho Santos, que sean transparentes y menos calculadores, que no dan puntada sin dedal y que siempre esperan un beneficio personal. Ya llegará su momento y muchos estaremos ahí para apoyarlo.


@DiegoMorita



jueves, 24 de octubre de 2013

El guiño de Uribe

Por DIEGO MORA | Publicado el 23 de octubre de 2013 El Colombiano


Contrario a lo que muchos quieren hacer creer (gracias a los denominados intríngulis de la política), Álvaro Uribe Vélez no le ha dado su guiño a ninguno de los tres precandidatos a la presidencia, rumor que es normal que difundan aquellos a los que les conviene, pero que no refleja la realidad.

El único guiño de Uribe es a la imparcialidad, a convocar un proceso amplio, plural y transparente en el que todos los sectores democráticos y afines a la ideología que transformó a Colombia, puedan participar y elegir la mejor opción. Repito, en este punto (tal como lo expresé en una columna anterior) mi mecanismo ideal hubiera sido la consulta popular, con todo y los peligros que ella traía; no obstante después de que se den las garantías para hacer una convención limpia, en igualdad de condiciones y sin ventajas para nadie, esta opción es viable y, por supuesto, rápida, lo que le otorga al ganador más tiempo para preparar su campaña.

Lo ideal, en la convención, es que el mayor número de personas participen, que escuchen a los precandidatos y elijan a conciencia teniendo presente las siguientes preguntas ¿qué tipo de presidente necesita Colombia los próximos cuatro años? ¿Cuál es el candidato más fuerte y viable para derrotar a Juan Manuel Santos o a Germán Vargas Lleras en mayo de 2014? ¿Cuál de los tres representa más claramente los postulados uribistas?

El tema no es solo votar y ya, es hacerlo a conciencia y pensando en que todo este proceso debe desembocar en una victoria en las urnas, de nada sirve tanto desgaste si se llega a la contienda electoral sin opciones de ganar, por eso los convencionistas deben elegir a la persona más idónea y con la capacidad de derrotar a cualquier candidato que se le ponga en frente, que no necesariamente será aquel que más simpatía les genere.

Consolidar y mantener las políticas de Uribe es un proyecto colectivo que debe convocar a la unión, por eso los sucesos recientes, no respetar las decisiones ya tomadas y cambios en las reglas de juego, no pueden continuar. Si algunos no dejan de lado sus intereses personales es muy posible que se fracase en los objetivos, ¿eso es lo que quieren?

No es justo que en Colombia sigamos con las viejas prácticas de la política aun cuando estamos hablando de renovación y de continuar con la transformación, ¿es tan difícil de entender?

Por último: sigo creyendo en la política, así cada día los acontecimientos me sugieran lo contrario. La decepción no puede enfocarse en esta práctica sino en los encargados de llevarla a cabo, a esos debemos censurar.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/el_guino_de_uribe/el_guino_de_uribe.asp

viernes, 18 de octubre de 2013

Creo

Por DIEGO MORA | Publicado el 16 de octubre de 2013 El Colombiano


Creo en la política de ideas, de propuestas y basada en la honestidad de quien expresa esas ideas y hace esas propuestas. No me interesa un político que habla bonito, que tiene muy buena dicción y eleva el tono de la voz para hacer énfasis en las partes importantes de su discurso, pero que por debajo de la mesa está haciendo cálculos para lograr la victoria. Prefiero perder manteniendo mis principios que ganar y deberle esa victoria a la politiquería que tanto daño nos ha hecho.

Creo en la transparencia del ser humano que quiere servir. Así entiendo la política, como un sinónimo de servir y no de servirse, de aprovechar cualquier hueco para meter la cabeza y sacar un beneficio personal, a eso nos acostumbramos en Colombia pero yo no lo acepto ni lo aceptaré jamás.

Creo en la coherencia entre lo que se dice y se hace, es la lógica de la vida: pensar, decir y actuar en consecuencia. Tenemos que evidenciar a aquellos que van en contravía de esa lógica, porque son ellos los que están mal, sobre todo si se dedican a lo público y si quieren hacer leyes o gobernar un país.

Creo en la autenticidad, en actuar con el corazón, en no tener miedo a desnudar el alma. Un político es un personaje público, incluso su privacidad queda expuesta porque cada actuación, así sea de puertas para adentro, refleja su condición y está claro que no se puede ser uno en la calle y otro en la casa. La gran mayoría de nuestros representantes en la política actual, no han entendido esta situación, por eso vemos como abusan de su posición cuando los sorprenden en actos propios de su vida privada; ejemplo: en estado de embriaguez.

Creo en la férrea defensa de las convicciones. En que se puede ser firme en lo que se cree sin violentar a los demás. La política es persuasión, pero debe hacerse con sinceridad. Persuadir sin sobornar (como es común hoy en día) sino con ideas. Las viejas prácticas de regalar mercados o comprar un voto siguen vigentes, pero hay que acabar con ellas.

Creo que sí se puede cambiar y renovar la política en Colombia. Muchos de los hoy preinscritos para llegar al Congreso son una muestra de ello; no obstante, la política es muy bella pero el ser humano se encarga de dañarla. ¡Eso tenemos que cambiarlo ya…

Por último: eso de que la política es dinámica es un cuento que nos estamos tomando muy en serio. Reglas son reglas y los acuerdos se respetan, no podemos ir por la vida cambiando de opinión, como cambiando de ropa.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/C/creo/creo.asp

domingo, 13 de octubre de 2013

Consulta democrática

Por DIEGO MORA | Publicado el 9 de octubre de 2013 El Colombiano


Se ha ratificado por parte del Centro Democrático que el mecanismo para elegir a su candidato presidencial será una consulta popular el 9 de marzo del próximo año, el mismo día de las elecciones legislativas. De los tres mecanismos propuestos (consulta, cónclave y encuesta), este es el que más participación ciudadana puede garantizar, es decir, es el más democrático.

No obstante, es un mecanismo peligroso, pues cualquier persona podrá votar; detractores y seguidores de los tres candidatos: Carlos Holmes Trujillo, Óscar Iván Zuluaga y Francisco Santos. Ellos tendrán que enfrentarse a unos electores que no necesariamente sean afines a sus ideas, además el juego sucio de los posibles contendores (Juan Manuel Santos, Germán Vargas Lleras y el candidato de la izquierda) que fácilmente podrán interferir para que la gente vote por el más débil de los candidatos, descartando a aquel que realmente pudiera dar la pelea en mayo.

Pero todo hay que decirlo, en política y más en la colombiana, aquel que se arriesga a meterse en la arena pública tiene que sortear mil obstáculos antes de ganar (solo recordemos cuántos tuvo que dejar atrás Álvaro Uribe Vélez en su campaña de 2002) y si lo logra significa que es digno de ocupar el cargo para el cual se postula, si no es capaz, no estaba preparado.

Celebro que el Centro Democrático tomara esta decisión. En plena formación y consolidación de un movimiento que puede dar un giro a la política colombiana, no puede darse el lujo de dejar en entredicho su alto grado de confianza en la democracia. Un cónclave para elegir candidato o como recién propuso Fernando Londoño, que los 50 primeros renglones al Senado decidieran el candidato presidencial, es una afrenta a millones de seguidores que esperamos gestos de transparencia y una competencia en igualdad de condiciones.

Cada uno de los tres precandidatos tiene altas cualidades y se hace justo que se midan en una consulta popular, que midan el apoyo del electorado, que puedan llegar a cada uno de los votantes con ideas y propuestas que realmente signifiquen un cambio o, mejor dicho, retomar el rumbo que se perdió con el actual gobierno. En esa consulta, si todo sale bien, ganará el mejor, el más viable, el más reconocido y el que mejor haya conectado con la ciudadanía. Eso es lo que esperamos quienes confiamos en este mecanismo.

Por último: no sé si hay tiempo, pero el Centro Democrático debería inscribir a las personas habilitadas para votar, así podrían asegurar que quienes lo hagan realmente crean en estas ideas y no que prime el voto en contra, para favorecer al más débil. ¿Se puede?.


@DiegoMorita

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lunes, 7 de octubre de 2013

Fútbol y lágrimas

Por DIEGO MORA | Publicado el 2 de octubre de 2013 El Colombiano


Las últimas semanas han sido tristes y deprimentes para el fútbol colombiano. Tal vez seré injusto al referirme al fútbol que nada ha tenido que ver con los crímenes de sus hinchas, pero es necesario hacer esta mención.


No contabilizaré los muertos (he repetido mil veces que uno solo es mucho y causa un dolor inexplicable) ni los equipos a los que estos delincuentes disfrazados de hinchas siguen y defienden hasta el punto de agredir y asesinar a fanáticos del equipo contrario.

El punto aquí es que esta situación en Colombia ya llegó a su límite y se hace necesario, para mejor decir urgente, que las autoridades implementen medidas efectivas que eviten que con la excusa de amar una camiseta, siga en aumento el número de personas muertas que no disfrutarán otro partido de fútbol.

En un columna de febrero de 2012 llamada "La cultura del hincha", esbocé este tema haciendo énfasis en la recién promulgada (para esa época) Ley del Deporte, iniciativa de Germán Vargas Lleras y de la cual hoy podemos decir que de nada ha servido, es más, ¿cuántos recordaban que existe tal Ley?

Hoy, este deporte en Colombia es de alto riesgo y no solo dentro del estadio sino fuera de él, en los alrededores, en las esquinas o afuera de una tienda. No tiene que haber un partido programado, los sueños de cualquier hincha se pueden morir junto con él si se tropieza con un criminal del otro equipo.

Así como los muertos del terrorismo, las noticias de hinchas muertos están a punto de convertirse en paisaje. Se dan ahora tan seguido, que pasarán de ser titular de primera página a una nota mínima en donde quede espacio. La indolencia se apodera de nosotros y eso no lo podemos permitir.

¿Qué están haciendo las autoridades para evitar que el fútbol se siga manchando de sangre? Suspender partidos. Evitar el ingreso de hinchas del equipo contrario al local. Hacer que los hinchas de un equipo salgan primero que los otros. ¿Ha servido alguna de estas medidas? Pues si nos remitimos a los hechos recientes, la respuesta es NO.

Necesitamos acciones concretas que persuadan al "hincha" de cometer actos criminales, por ejemplo: pérdida de los puntos del equipo o prohibir de por vida el ingreso a los estadios a quienes participen en actos que violen la ley. Los castigos hay que endurecerlos, no más pañitos de agua tibia que no limpian la sangre derramada.

Por último: los equipos tienen responsabilidad, es hora de que vean a sus hinchas como algo más que dinero en taquilla. Deben empezar a educarlos y deben hacerlo ya.


@DiegoMorita



viernes, 27 de septiembre de 2013

Renovación en el Congreso

Por DIEGO MORA | Publicado el 25 de septiembre de 2013 El Colombiano


Sin duda la lista presentada por el expresidente Uribe al Senado de la República marcará un antes y, ojalá, un después en el Congreso de la República. Caras nuevas que sin esta oportunidad jamás podrían llegar a legislar, serán las encargadas de cambiarle la imagen, cada día más desprestigiada, a una Corporación que en la actualidad, gracias a la Unidad burocrática y llena de mermelada nacional, deja mucho que desear.

Todos aquellos senadores nuevos que lleguen por el Centro Democrático y detrás de Uribe, lo harán jalados por una persona que jamás ha perdido una elección en sus 40 años de vida pública (tal vez sus detractores digan que el referendo de 2003 lo perdió, yo creo que quien perdió fue el país al no respaldarlo) y que entiende y sabe transmitir muy bien su visión política.

Los nombres en esa lista, creo que serán entre 20 y 25 senadores, llegarán a ocupar sus puestos en el Senado sin deberle favores a nadie, sin compromisos con contratistas o caciques electorales de sus regiones. Llegarán libres de vicios y con el compromiso de honrar los cinco pilares establecidos por el expresidente Uribe el día que anunció su intención de encabezar la lista: seguridad democrática, confianza inversionista, cohesión social, diálogo popular y Estado austero, que son simplemente el resumen de una visión amplia de país y un anhelo de progreso para todos los colombianos.

Uribe sabe lo que quiere y además tiene claro cómo conseguirlo. Ser egoísta con él mismo y presentarse a encabezar una lista después de ser Alcalde de Medellín, dos veces Senador, Gobernador de Antioquia y dos veces Presidente no es más que una forma de agradecerles a los colombianos que día a día lo respaldan y le piden que contribuya a recuperar el rumbo, perdido hace 3 años (no sabemos por qué ni para qué) y que hoy tiene al país triste y en una profunda división.

Los colombianos hace rato suplicamos por una renovación, por reformas estructurales que nos ayuden a saltar esta brecha que nos tiene relegados. No fue solo el discurso firme contra el terrorismo lo que llevó al poder a Uribe dos veces, fue su imagen distinta al político tradicional, su cercanía con la gente, su naturalidad y sinceridad lo que contribuyó a que Colombia confiara en él. 

Por último: más que creer en la lista de Uribe, debemos creer en Uribe, en su criterio y en que aprenda de sus errores. Mi confianza para Paola HolguínAlfredo Ramos y Paloma Valencia.

@DiegoMorita

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