Es muy preocupante la situación de orden público en el
departamento de Antioquia y en especial en el norte, municipios de Toledo, San
Andrés de Cuerquia e Ituango.
Los ataques terroristas de las farc se volvieron, nuevamente,
la constante en una zona que ha tenido que sufrir durante muchos años una
violencia desmedida, no solo de las guerrillas también de los grupos de
autodefensas.
Con la construcción de la hidroeléctrica más grande del país
en esta zona, se han recrudecido los ataques contra la fuerza pública, la
infraestructura y la población civil, que ahora recuerda y regresa al pasado, a
unos años que parecían relegados al olvido gracias a la Política de Seguridad
Democrática del gobierno Uribe y que esfuman la tranquilidad, trayendo de
regreso el miedo y la desesperanza.
Recientemente dos soldados fueron asesinados al ser activado
un artefacto explosivo en San Andrés de Cuerquia, además dos inocentes niños fueron
alcanzados por la detonación y resultaron heridos. En este momento se debaten
entre la vida y la muerte en una clínica de Medellín.
Pero es aun más preocupante la pasividad del gobierno
nacional y departamental, este último encargado de mantener la seguridad en los
125 municipios de Antioquia, que parecen no reaccionar. No se ven acciones
concretas para combatir el terrorismo en esta zona, no hay medidas
excepcionales para prevenir ataques, no hay decisión, ¿acaso no les parece
importante brindar seguridad en la zona donde se construye la mega obra número
uno del país y que asegura un ingreso permanente para los antioqueños?
¿han pensado en retomar la estrategia de seguridad que tantos resultados arrojó hace pocos años?
Los antioqueños, más que un discurso idealista, necesitamos
certezas y realidades que signifiquen seguridad para todos
en cada rincón del territorio. En ese momento, sin ninguna duda, todos podremos
unirnos y decir que Antioquia es la más…
@DiegoMorita
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