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jueves, 30 de mayo de 2013

Seis meses: ¿un punto?

Por DIEGO MORA | Publicado el 29 de mayo de 2013 El Colombiano


Una y mil veces lo he repetido, y lo seguiré haciendo, no estoy en contra de la Paz. Sería un crimen estarlo.


No conozco a una sola persona (buena) que se niegue a vivir en un país más tranquilo, todos lo queremos, lo anhelamos y trabajamos para lograrlo.

Con lo que no estoy de acuerdo es con un proceso (como el actual adelantado en La Habana) lleno de irregularidades, mentiras y secretos, que no sabemos para dónde va ni realmente qué busca, aparte de limpiar el nombre de las Farc.

Pasaron seis meses para que se anunciara el primer "acuerdo" sobre el primer punto: la tierra, con un compromiso de las partes de crear mejores condiciones para los campesinos colombianos. (No comparto que un gobierno democrático se comprometa de manera conjunta a hacer algo con un grupo ilegal).

Después de la declaración, quedaron más dudas que certezas, sobre todo al escuchar a Iván Márquez decir que es muy posible que se retomen algunos temas más adelante. ¿Anuncio mediático?

Después de tanto tiempo y la incertidumbre por el estancamiento de los "diálogos", había que mostrar algún avance, sea lo que sea.

Aquellos que tragan entero pensarán que lo anunciado es un gran paso y que estamos a punto de transformar el agro colombiano; no obstante, si nos vamos a la minucia encontramos un acuerdo de voluntades, nada preciso e ideas que están planteadas desde hace muchos años en los planes de gobierno de los últimos cinco presidentes.

¿Cuáles son los temas acordados por el gobierno y las Farc? Creación de un fondo de tierras para los campesinos desposeídos, formalización de la propiedad rural, protección de la frontera agrícola y las zonas de reserva campesina, programas agrarios con enfoque territorial, infraestructura, adecuación de tierras, educación, vivienda y lucha contra la pobreza, además políticas alimentarias y nutricionales.

Lo anterior es una obligación del Estado, este debe asegurar que los campesinos y agricultores vivan en las mejores condiciones posibles. La obligación de las Farc, aparte de entregar sus armas, comprometerse a pedir perdón y decir la verdad, es reparar a sus víctimas y devolver las tierras despojadas; en ese momento empezaría el renacer del campo colombiano.

Pero las Farc no muestran voluntad. Sus declaraciones están cargadas de burla para Colombia. Pretender que creamos que son víctimas y no victimarios y que han comprado legalmente las tierras que tienen en su poder, es una afrenta para un país que sueña con la tranquilidad.

Por último: Ojo, el lenguaje de las Farc es peligroso. De tanto repetir sus mentiras, no falta el incauto que crea que son verdad.

@DiegoMorita

jueves, 23 de mayo de 2013

Plan V

Por DIEGO MORA | Publicado el 22 de mayo de 2013 El Colombiano


Tenemos claro que las 100 mil casitas gratis de Santos y Vargas Lleras, más allá de buscar una solución al problema de vivienda a miles de familias pobres de nuestro país, son una estrategia electoral, que junto con el proceso en Cuba, permitan anclar la reelección o le allanen, al ahora exministro, el camino hacia la Casa de Nariño, en caso de que el primer mandatario decida no lanzarse (por miedo a la chamuscada).

También es posible que después de la, poca sorpresiva, renuncia, Vargas rápidamente le dé la espalda a su exjefe y busque la gloria personal; aunque para evitarlo, Santos lo nombrara presidente de la Fundación Buen Gobierno. Sí, es paradójico que Juan Manuel Santos tenga una fundación con ese nombre.

No hay duda de que para "políticos" como Vargas Lleras, el ejercicio de lo público es dinámico, razón por la cual cambiarse de orilla de la noche a la mañana es tan normal como cambiarse de ropa. El silencio funerario, del que fuese denominado ministro "estrella" frente a la situación actual del país y en especial sobre el proceso en La Habana, permite asumir que no está muy de acuerdo con el mismo, escenario que le permitirá en cualquier momento, tomar distancia y argumentar que se mantuvo al margen por lealtad con el Presidente, pero que sus "principios" no le permiten guardar más silencio. Lo de principios es un decir…

La reelección de Juan Manuel no es clara, él lo sabe y no necesita que nadie se lo recuerde. Vargas lo sabe y también que esta es su oportunidad (si se arriesga a esperar hasta 2018, es posible que ya hayan caído en el olvido las casitas entregadas), además la obra del gobierno del cual hizo parte, por casi tres años, tiene poco o nada que mostrar y lo más notable son sus ejecuciones, así la entrega de las casitas deje muchos interrogantes en el aire, que gracias a la bien repartida mermelada estatal, con seguridad no responderemos.

Juan Manuel depende del éxito en su proceso con las Farc, esa es su prioridad, su norte. Si se firma algo de aquí a noviembre (no importa qué) tendremos presidente candidato. Si fracasa, si es que acaso ya no lo hizo, puede adoptar su Plan "V", siempre y cuando Vargas Lleras no haya decidido antes, como ya lo mencioné, buscar su gloria personal.

Por último: en Valledupar aseguran que Santos no durmió en la casita. Algunas fotos muestran al mandatario de fiesta y dicen que llegó a las once de la mañana a tomarse la foto. Es verdad, una imagen vale más que mil palabras.

@DiegoMorita

viernes, 17 de mayo de 2013

¿A qué fueron las Farc a La Habana?

Por DIEGO MORA | Publicado el 15 de mayo de 2013 El Colombiano


Sorprenden las más recientes declaraciones de los voceros (negociadores) de las Farc en La Habana. Digo sorprenden por aquello de no perder la capacidad de asombro, porque de estos personajes (macabros) ya nada debería sorprendernos.

"No vinimos a La Habana a entregar las armas", dijeron. Otro as bajo la manga que sacan gracias a la exposición mediática que siguen teniendo (hay que reconocer que ya no salen tanto en los medios como al principio ¿se redujo el interés u orden de palacio?).

Hace poco habían dicho que la justicia colombiana no era digna para juzgarlos. Antes, aseguraron, que no pasarían un solo día en la cárcel, y la perla mayor: "nosotros somos las víctimas".

Después de más de seis meses y ningún avance palpable en la negociación, la pregunta que surge después de evaluar estas declaraciones es ¿a qué fueron las Farc a La Habana? La respuesta no es clara y, tal vez, en este momento no existe, porque de todo recibimos desde las casas de El Laguito, menos certezas y hechos claros. Lo que sí recibimos son incertidumbres y burlas.

Cuando leo y vuelvo a leer las palabras que nos llegan desde Cuba, y dejando de lado mi posición crítica a este proceso, concluyo que estamos frente a una negociación que no contempla que haya verdad, justicia y mucho menos reparación. Márquez, Santrich y París se encargan de recordárnoslo cada vez que pueden, al mejor estilo del circo famoso y su eslogan "y después no digas que no te avisamos".

Y es que eso parece lo que pasa en La Habana, un circo. Con los mejores malabaristas y, claro está, payasos que podamos encontrar, esos que creen que todo es un chiste, que disfrutan mientras responden "no nos vamos a complicar con eso" ante la pregunta (oportuna y necesaria) de si las Farc tienen secuestrados, ¿hay derecho?, no, no lo hay, pero eso a ellos poco o nada les importa.

El tiempo pasa y en La Habana no pasa nada. En Colombia seguimos esperando gestos reales de paz y no que aumente la cuenta de policías y soldados asesinados o de civiles mutilados por minas antipersona. 

¿Qué queremos? Simplemente que los cabecillas de las Farc entiendan que la paz no puede ser un obstáculo para la justicia, que ellos tienen una responsabilidad con un país que no tragará entero y que está cansado de las mentiras y de la burla. 

Por último: a enterrar las armas, a obtener curules directamente, a tomarse el poder no importa cómo; en realidad ¿a qué fueron las Farc a La Habana?.

@DiegoMorita

jueves, 9 de mayo de 2013

Un Santos Maduro

Por DIEGO MORA | Publicado el 08 de mayo de 2013 El Colombiano


Digamos que esa frase, muy utilizada, de que la política es dinámica y cambiante, hasta cierto punto es real, no podemos desconocer ciertas circunstancias en las que es necesario cambiar de opinión o punto de vista. No debe ser mal visto que una persona, por ejemplo, que en algún momento rechazara las uniones entre parejas del mismo sexo, de un momento a otro las defienda. ¿Recuerdan a Rob Portman, senador republicano que se oponía a estas uniones pero después de enterarse de que su hijo es gay, las defiende?

Como este caso, seguro, existen muchos más, pero una cosa es cambiar de opinión basados en hechos concretos y otra muy diferente, y reprochable, hacerlo buscando un beneficio personal (saludos Roy) o simplemente porque la cara que estábamos mostrando no era la real (saludos Juan Manuel).

El "presidente" de Venezuela, dándole un descanso a su arremetida contra Henrique Capriles, la emprendió contra Álvaro Uribe Vélez. Lo llamó asesino (acusándolo de la muerte de un periodista) y ante esta respuesta, brillante y en 133 caracteres: "A la inmadura acusación de la dictadura descabellada por el fraude y la violencia una única respuesta: que se repitan las elecciones", Maduro acudió a otra infamia, llamando al expresidente, mafioso.

Pasó el fin de semana y el gobierno colombiano guardó silencio. El lunes, un tweet tibio y fuera de tono de Juan Manuel nos mostró a los colombianos el camino que se tomaría ante las temerosas acusaciones del vecino. En la noche, una reunión secreta entre la Canciller Holguín y el embajador venezolano, le intenta poner punto final a un hecho lamentable y que un gobierno democrático como el de Colombia no puede permitir de un país en el que el 50 % del pueblo no acepta el resultado de las elecciones, que por cierto han sido impugnadas.

¿Por qué tarda tanto tiempo Juan Manuel Santos en reaccionar? Seguimos en vilo con San Andrés ¿cuándo se tomará una decisión sobre este fallo? Sigue sin reconstruirse Gramalote ¿será que espera seguir en el gobierno para hacer casitas gratis allá?

Si para Juan Manuel la política es dinámica y cambiante, él que ha estado en tres gobiernos diferentes lo sabe y lo aplica. Uribe fue solo un escalón para llegar a la cima, no importó esconder sus verdaderas intenciones y gritar a los cuatro vientos que continuaría con la obra de su predecesor. Mentiras, nada más que mentiras.

Por último: es de resaltar la opinión de Pastrana ante este hecho, lejos de cualquier ambición electoral, esa es la posición que se debía asumir desde el principio, no lo entendió así el gobierno y hoy no sabemos esto adónde nos llevará.

@DiegoMorita

jueves, 2 de mayo de 2013

El Fiscal

Por DIEGO MORA | Publicado el 01 de mayo de 2013 El Colombiano

Recuerdo la polémica cuando, de manera justa, fue destituida de su cargo Viviane Morales y se barajaron los nombres para elegir su reemplazo. El más opcionado siempre fue Eduardo Montealegre, a quien de inmediato muchos rotularon como uribista y, por ende, un arrodillado del expresidente. Nada más alejado de la realidad.

El actual Fiscal es una incógnita. Carga con un falso positivo judicial de proporciones inmensas: el caso Sigifredo López. No tiene grandes logros al frente de su cargo y actualmente es el escudero número uno del proceso en La Habana. Con un agravante único: fue capaz de asegurar que ve viable que los terroristas de las Farc puedan pasar del monte al Congreso sin pagar un solo día de cárcel.

Lo vimos marchando al lado del Presidente Santos y no pierde oportunidad para decir que la solución al "conflicto" debe ser negociada, sin cuidar que sus palabras lleven implícito un mensaje de impunidad que no debe salir bajo ningún pretexto, incluso el de la paz, de la boca del Fiscal General de la Nación.

Amparado bajo el concepto de justicia transicional, fenómeno creciente después de la Segunda Guerra Mundial y de la instauración de tribunales como los de Nuremberg y Japón, el Fiscal asegura que los colombianos debemos entender el Marco Jurídico para la Paz (aprobado el mismo día en que las Farc intentaron asesinar al exministro Fernando Londoño ) como el mejor mecanismo para que no haya problema en suspender penas y condenas, incluso por graves violaciones de los derechos humanos. Sí, así como lo leen, eso asegura nuestro Fiscal.

Otra perla reciente del señor Montealegre fue asegurar que las Farc no tienen condenas por delitos de lesa humanidad.

Esta afirmación tiene dos interpretaciones: o tenemos una justicia absolutamente ineficiente que no ha sido capaz de proferir condenas por delitos que se vienen cometiendo por varias décadas; o el Fiscal intenta desconocer los crímenes continuados de este grupo terrorista para allanar el camino a la firma, de quién sabe qué, en La Habana.

¿Será que el Fiscal se acuerda de Gilberto Echeverry y Guillermo Gaviria ejecutados por las Farc cuando el Ejército intentaba rescatarlos? ¿No es ese un crimen de lesa humanidad? ¿No existe una condena por este caso?

Actualmente, y según el mismo Fiscal, hay más de 900 procesos abiertos en contra de las Farc por casos de desaparición forzada y desplazamiento, crímenes tipificados como de lesa humanidad. ¿Qué tan rápido avanzan estas investigaciones? ¿Dependen del ritmo en Cuba? Por último: el lado del cual debe estar el Fiscal es el de la justicia y no de acomodar e interpretar de acuerdo con las circunstancias el día a día.

@DiegoMorita


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