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jueves, 19 de diciembre de 2013

Quemando la navidad

Por DIEGO MORA | Publicado el 18 de diciembre de 2013 El Colombiano


Es tan absurda la cifra de personas quemadas, la mayoría de ellas menores de edad, que evitaré escribirla a lo largo de esta columna. Aquella persona interesada en conocerla puede hacer una sencilla búsqueda en internet o esperar el reporte diario de los noticieros.

Cada año es lo mismo. El Gobierno Nacional apoyado por los departamentales y locales, empieza en noviembre una fuerte ofensiva contra el uso de pólvora en Navidad. Se incautan varias toneladas de elementos "listos para ser distribuidos" y se detienen algunas personas, que seguramente, salen pronto de la cárcel. Se imprimen afiches, se reparten volantes, los funcionarios mojan prensa tratando de sensibilizar a la ciudadanía y sobre todo metiéndonos miedo a los padres de familia, pues en caso de que nuestros hijos se quemen con pólvora, nosotros somos los responsables. Todo muy lindo, muy loable y como se le quiera llamar pero al final de cuentas inútil, porque cada año los pabellones de quemados se llenan más.

El uso legítimo del poder, ese que les otorgamos los ciudadanos con nuestro voto cada cuatro años a los políticos, no requiere solo buena voluntad. La autoridad es un principio fundamental que todo gobernante debe poseer. No se aprende a tenerla, se aprende a ejercerla. Quien llega al gobierno queriendo aprender a tener autoridad, termina siendo un autoritario y por ende un pésimo gobernante. Todo lo que Colombia ha hecho para evitar el uso de la pólvora ha sido infructuoso porque los gobiernos no le han metido el diente como debe ser a este problema, se ha perdido el tiempo y paralelamente a eso, se han perdido vidas y sueños.

Pero la culpa no es solo del Estado, la mayor parte de la culpa la tenemos los mismos colombianos y nuestra falta de cultura pensando en "eso no me pasa a mí". Tomemos como ejemplo a Medellín y su famosa "alborada". Cada año a las 12 de la madrugada del primero de diciembre, los paisas tenemos que soportar un largo rato de pólvora ininterrumpida. ¿De dónde sale el dinero? ¿De dónde sale la pólvora? ¿Por qué, y a pesar de todas las advertencias, es imposible evitarla? Sencillo, porque el Estado y el gobierno local son ineficientes (los actuales sobre todo) y porque "eso no me pasa a mí" y el "que se vengan a las comunas a ver si pueden pararnos", es la consigna de sus organizadores.

Por último: aquel que quema pólvora es igual al que conduce en estado de embriaguez, cuando entiende las consecuencias de sus actos, por lo general, es demasiado tarde ¿será que algún día entenderemos que en ocasiones no es necesario llegar hasta el final para detenernos?.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/Q/quemando_la_navidad/quemando_la_navidad.asp

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