Hace unos días lo dije: estas elecciones al Congreso de la República y luego a la Presidencia serían especiales y muy, muy emocionantes.
El expresidente, y hoy candidato al Senado, Álvaro Uribe Vélez, que encabeza una lista cerrada, sacará la mayor votación jamás registrada al Congreso. No quiero sonar desfasado ni triunfalista, pero me atrevo a asegurar que el Centro Democrático ya tiene asegurados 20 senadores, una cifra nada despreciable, y además justa con la popularidad, éxitos y agradecimiento que le tienen los colombianos a Uribe.
Este panorama tiene asustados a sus rivales. Al partido de la U y Liberal en mayor medida, y claro está, al Conservador, aunque a mi modo de ver, el CD, pocos votos le quitará a los azules, sobre todo ahora que se consolidó la candidatura de Martha Lucía Ramírez.
Tan asustados están Roy, Simón, Armando y demás áulicos de Juan Manuel Santos, que la campaña de desprestigio ha sido y será, en este mes y medio que falta, monumental. Ya hicieron lo imposible por dejar a Uribe sin logo, y ese tiro les salió por donde sabemos, porque el resultado fue mejor: mano firme corazón grande y la silueta del expresidente. Díganme, ¿quién en este país no identifica esa frase y esa silueta?
Por otro lado, algunos congresistas actuales andan desinformando a la ciudadanía. Quieren hacer creer que el Centro Democrático es la U y siguen diciendo que la U es de Uribe y así, ante la falta de ideas y de resultados para mostrar, intentan captar al elector desprevenido, ese que poco piensa para votar.
Los entiendo. Es normal que al ver en peligro la zona de confort en la que vienen los políticos tradicionales, saquen sus armas para impedir perder. Es una lástima, eso sí, que no sean capaces de hacerlo de manera ética. Sí, lo sé, Roy, Simón y Armando no conocen el significado de esa palabra.
Fuera de eso, se están promoviendo saboteos y abucheos en todos los actos públicos en los que participa Uribe. Es decir, sus opositores están empleando todas las herramientas posibles para hacer de su proselitismo algo imposible, no obstante se debe reconocer que el expresidente–candidato, los ha sorteado con altura, aunque los medios desinformen e incluso mientan para que parezca que la situación es más grave de lo que realmente es. ¿Quién está detrás de esto? Porque de todo tienen esos saboteos menos de espontáneos.
Por último: ¿Qué sigue? Esperemos que nada grave, porque de una u otra manera, este tipo de prácticas lo único que hacen es debilitar una democracia que siempre ha sido sólida, aunque en los últimos días empiece a mostrar algunas grietas.
@DiegoMorita
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