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jueves, 27 de febrero de 2014

Ahora sí, Plan V

Por DIEGO MORA | Publicado el 26 de febrero de 2014 El Colombiano


Desde hace varios días todos lo daban por hecho, aunque solo era un chisme. Yo, me negaba a creerlo porque mi profesión me impide creer en rumores. No obstante el lunes pasado en la mañana Juan Manuel Santos lo confirmó: Germán Vargas Lleras será su fórmula vicepresidencial para optar por la reelección. Ahora sí, empieza el Plan V.

Está claro, Santos no ve fácil la victoria. A pesar de que tiene una intención de voto del 25 %, y el aparato estatal a su disposición para hacer campaña, y su inmediato seguidor, Óscar Iván Zuluaga, está 18 puntos por debajo, su equipo de asesores tiene que haber identificado que la polarización actual y la falta de resultados de su gobierno, al empezar los debates recorten la distancia, sobre todo si se dan alianzas que fortalezcan candidaturas para la primera vuelta.

¿Por qué elegir a Vargas Lleras?

Primero, porque es mejor amarrarlo como fórmula vicepresidencial que tenerlo de contendor. Santos sabía que si permitía que su exministro se lanzara, este de inmediato sería primero en intención de voto.

Segundo, Vargas Lleras hoy cuenta con un alto índice de popularidad gracias a su gestión en la cartera de Vivienda y a las 100 mil casitas gratis que prometieron. Eso sí, hay que aclarar que no han entregado ni la mitad, que los escándalos por las entregas han estado al orden del día pero no salen en los medios y que llegar a la meta está muy lejos. Siempre lo dijimos, una propuesta populista que era imposible de cumplir, ojalá que nos expliquen en la campaña qué pasó con los pajaritos en el aire que nos pintaron.

Tercero, Vargas Lleras le da fuerza al debate. A pesar de las diferencias que se puedan tener con él y que sea el reflejo del político tradicional que no da puntada sin dedal, hay que reconocer que tiene facilidad para emitir sus mensajes, algo que Santos no domina ni dominará.

Cuarto, Vargas Lleras suma votos. Santos sabe que los del uribismo ya los perdió y los cerca de un millón y medio que en 2010 logró sumar el entonces candidato presidencial por Cambio Radical, son un importante punto de partida. Nadie sabe realmente cuántos son los votos del presidente. ¿Lo sabremos?.

Así que, aunque Santos diga que esta elección no se basa en cálculos electorales, todos sabemos cuáles son las razones. ¿Cómo saldrá la apuesta? Amanecerá el 26 de mayo y veremos.

Por último: si Santos gana la reelección ¿será que gobierna 4 años más o solo uno, mientras logra dejar algo firmado en La Habana, y se retira dejando todo en manos de su vicepresidente?


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/A/ahora_si_plan_v/ahora_si_plan_v.asp

jueves, 20 de febrero de 2014

¿Por quién votar?

Trataré de escribir esto sin apasionamiento, solo con convicción, no por la convención, (aunque sea difícil apartar la pasión de aquello en lo que creo). Sé que me ganaré unos cuantos insultos y aunque no comparta esa reacción por expresar aquello que sientes, respeto la libertad de expresión y la democracia. Algunos me llamaran incoherente o dirán que estoy haciendo un mandado, todos los comentarios son bienvenidos, pero ni lo uno ni lo otro. Repito, escribo por convicción.

No he decidido aun si votaré por Óscar Iván Zuluaga a la Presidencia de Colombia. Tranquilos, terminen de leer por lo menos y luego reaccionan. Si no quieren seguir leyendo, también es válido, ya saben con esa afirmación de que tratará este texto, así que si no les interesa, pueden seguir con lo suyo. Gracias de todos modos.

Tengo claro que no votaré por Juan Manuel Santos, ni por Germán Vargas Lleras (sigo estando convencido de que se lanzará, pero si prospera por ahí la idea de que sea el vicepresidente de Santos mejor porque así se pueden quemar los dos), tampoco lo haré por Enrique Peñalosa (en el pasado me gustaba pero su alianza con los Progresistas lo hundió), mucho menos por Clara López y por Aida, bueno, cuando sepa quién es tal vez la evalúe.

Pero ¿por qué no he decidido votar por Zuluaga? vamos por partes:

Creo en Álvaro Uribe Vélez. Si usted tiene alguna duda de eso, pare de leer y regrese cuando lo tenga claro (no tiene obligación de regresar por supuesto). Como lo he dicho miles de veces, creo en la transformación de Colombia entre 2002 y 2010, creo en que su liderazgo permitió escribir un capítulo muy importante en nuestra historia moderna, quizás posmoderna, y creo sin duda que es el mejor Presidente que hemos tenido en 200 años de independencia.

Uribe es Uribe pero por más esfuerzos que haga no tiene la capacidad de endosar votos. Ya lo vivimos en las elecciones de alcalde y gobernador en 2011. A pesar de su disposición, de tomarse la foto con sus candidatos, de pedir que fueran apoyados, en la gran mayoría del país esto no funcionó. ¿Por qué? Simple, porque Uribe es Uribe y nadie más. Su carisma, su capacidad natural de llegarle a la gente hace imposible que el cerebro de quienes lo escuchan en la plaza pública o en auditorios cerrados procese esa información de votar por este o aquel. No nos digamos mentiras, los uribistas quisieran votar eternamente por él (por eso la votación que sacará su lista al Senado será arrolladora) y por eso cuando les dicen “este es el candidato de Uribe” muchos piensan “si, pero no es Uribe”.

Zuluaga es una gran persona (tuve la oportunidad de conocerlo el tiempo en que trabajé con Pacho Santos), es supremamente inteligente y tiene las mejores credenciales para ser candidato y Presidente de Colombia, pero ha cometido, a mi modo de ver, un gran error (y por eso creo que su candidatura no logró tomar el impulso necesario y despegar) quiere ser Uribe.

Recuerden, estoy escribiendo sin apasionamientos, les aseguro que voy bien en eso. Esto que han leído es una especie de resumen de mis sensaciones en esos 7 meses de giras en la precandidatura de Pacho.

Entonces, cuando el pueblo ve a un candidato, que por cierto no conoce, que llega al lado de su ídolo (Uribe) a echarles un discurso en el que identifican a alguien que no es su ídolo, pero quiere parecerse a él, de inmediato generan un rechazo. No le encuentro otra explicación a que su porcentaje en cada encuesta disminuya (aunque no creo en ellas, es el único soporte numérico que tenemos para medir la contienda electoral). Ya va por el 7%.

Entonces ¿por qué no he decidido votar por él? Creo que la argumentación está dada. Pero para hacerla clara y evitar las dobles interpretaciones la resumiré así: soy uribista al 100% (como decimos por ahí, desde 1997) pero antes que nada está mi criterio y mis convicciones, creo que Uribe sacará una gran votación al Senado y hará una gran gestión pero Zuluaga aun no me convence de ser esa persona que el país necesita en este momento y si algo tengo claro en la vida, es que voto por convicción (solo una vez falté a mi propio mandato y me arrepiento profundamente). Si, está claro, me refiero al voto que le di en 2010 a Juan Manuel Santos.

Si, sé que me dirán que preferiría que fuera Pacho Santos y esto y lo de más allá. Pues, esto no es para hablar de él, así que lo siento.

Y esto no significa que estoy en contra de que el país cambie el rumbo, claro que no. Sé que no vamos por buen camino, el gobierno de Juan Manuel Santos ha sido nefasto para Colombia, sus concesiones a la guerrilla, la farsa en La Habana, el poco valor que le otorga a la vida de cientos de militares y policías que se la juegan por nosotros, la compra del Congreso y mil cosas más nos obligan a girar y recomponer pero no veo, hasta el momento, que Óscar Iván represente eso que necesitamos.

Pero Uribe si lo ve, me dirán otros. Por supuesto, por eso lo apoya y es que él tiene su criterio, sus convicciones firmes y por eso lo hace, jamás le pediríamos que vaya en contra de lo que piensa.

No obstante, como me escribió alguien la campaña aun no empieza. Las energías del uribismo deben estar en este momento dirigidas al 9 de marzo y a los más de 3 millones 500 mil votos que debe sacar la lista al Senado, para asegurar mínimo 20 senadores en cabeza de Uribe. Cuando eso esté listo, empieza la campaña a la Presidencia, y con algunos ajustes de fondo y forma, quizás Zuluaga pudiera dar la pelea. Es muy difícil si, porque ya lleva un par de años recorriendo el país y no ha conseguido posicionarse, pero ninguna elección se gana tres, dos o un mes antes, se gana el último día.

Sin embargo, la meta es derrotar a Santos y más vale pájaro en mano, que dos candidatos uribistas volando, así que Martha Lucía Ramírez y Óscar Iván Zuluaga, deberían ir pensando en una estrategia conjunta, que les asegure el paso a la segunda vuelta, lo que aumentaría las posibilidades de quitarle el poder a Juan Manuel. Ya ambos dijeron que no es una posibilidad aliarse para la primera vuelta y por eso la brecha entre ellos y Juan Manuel es cada vez mayor.


Llegó la hora de dejar a un lado los egos, los orgullos y pensar que la opción que encarna el uribismo es válida y puede generar nuevas transformaciones, tal y como se vieron entre 2002 y 2010, esta vez no en cabeza de Uribe, si no de alguien distinto, con su propio estilo pero que refleje una ideología a la que le urge quien la interprete, para que se prolongue en el tiempo y logre sobrevivir a quien la promovió, al hombre, a Álvaro Uribe Vélez. 

@DiegoMorita

Oferta y demanda

Por DIEGO MORA | Publicado el 19 de febrero de 2014 El Colombiano


"Cuando algo escasea, su precio tiende a subir", es una regla de oro en los mercados, no importa cuál sea el producto o servicio al que se le aplique, para todos funciona.

Pero también la podemos aplicar a la política y a los gobiernos.

¿Qué es lo que más escasea hoy en Venezuela? Correcto, la democracia. Por eso su valor cada día aumenta más, porque la sociedad clama por ella. Las manifestaciones de miles de estudiantes impulsados por la oposición (infortunadamente fracturada) son un grito de no más y que solo busca restaurar las libertades y derechos perdidos, desde hace mucho, en el vecino país, dos elementos fundamentales para su correcto funcionamiento.

La polémica es si Maduro es más radical que Chávez, si su manejo de la crisis es la adecuada, si sus declaraciones son apropiadas y se dan en el momento preciso generando tranquilidad. La respuesta: ninguna de las anteriores. Maduro no es más radical, no tiene manejo de crisis, no tiene ni idea de lo que dice, no es líder, simplemente Maduro es un torpe, una casualidad, mala, de la vida, de Venezuela y el mundo que un día se despertó siendo Presidente de una nación rica y que hoy la tiene en un estado deplorable y del cual tardarán mucho tiempo en salir. 

Triste momento para un país lleno de oportunidades…

¿Y qué escasea hoy en Colombia? Las respuestas pueden ser muchas, diré, para centrarme en una porque el espacio es corto, que hoy carecemos de confianza, por eso su valor cada día es más alto, por eso cada critica, cada reproche al gobierno no es más que una demanda para que nos la devuelva.

Independientemente de su color político, creencias, odios y amores, creo que la gran mayoría coincidirá es que nos sentimos desubicados, no sabemos el país para dónde va. Vemos a un Presidente de tumbo en tumbo, con salidas en falso, escándalos semanales (gracias a la revista Semana), un proceso en La Habana que no avanza (si acaso arrancó), inseguridad creciente, etc.

Juan Manuel Santos también fue una casualidad para Colombia. Jamás hubiera sido Presidente si Uribe no le hace el guiño (sí, un gran error en el que 9 millones lo seguimos y que ya ha reconocido miles de veces) y fue inferior al gran reto que la historia le otorgó.

Triste momento para un país lleno de oportunidades…

Por último: no son muy distintos Maduro y Santos. El primero sigue violando la democracia en su país, el segundo acabó con uno de nuestros grandes tesoros, la confianza. Ellos nada ofrecen a dos pueblos que tanto les demandan.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/O/oferta_y_demanda/oferta_y_demanda.asp

jueves, 13 de febrero de 2014

Andrómeda

Por DIEGO MORA | Publicado el 12 de febrero de 2014 El Colombiano


Más que sorprenderme por una sala secreta de contrainteligencia de nuestro Ejército, que primero fue ilegal, provocó la salida de dos generales, que después fue legal y de la cual no conocemos -ni conoceremos- sus actividades y las comunicaciones que interceptaron, lo que me sorprende, cada día más, es el nivel de incoherencia de Juan Manuel Santos y su capacidad, casi, nula, para afrontar situaciones que se le salen del libreto.

En primer lugar, hay que decir que ese cuento de que no sabía nada no se lo cree nadie; menos cuando el mismo director de la Revista Semana, Alejandro Santos, reconoció que llevaban más de un año haciéndole seguimiento a esta fachada del archi recontra espionaje. Era más fácil si de entrada, Santos nos decía que sabía lo que allí pasaba, hasta ahí hubiera llegado el tema y al otro día hubiéramos seguido hablando de la rodilla de Falcao y su, ahora, 55 % de posibilidades de llegar al mundial.

Segundo, cómo es posible que el candidato–presidente corra a hacer ruedas de prensa y a anunciar el relevo de generales solo para quedar bien y lavarse las manos. Parece que tampoco le aprendió a Uribe, que los líderes le ponen el pecho a las crisis y asumen sus responsabilidades y ante los éxitos, exaltan el valor de aquellos que ayudaron a conseguirlos. Pero no, él es feliz llevándose los aplausos (pocos, pero dirá que algo es algo peor es nada) y señalando culpables.

Tercero, ¿qué es Andrómeda? Al margen de sus posibles actividades ilegales, las cuales no podemos señalar, pues no sabemos qué hacían realmente, uno podría decir que es una herramienta absolutamente válida que posee el Estado, en este caso el Ejército Nacional (no olvidemos que es uno de los mejores del mundo), para preservar nuestra seguridad. ¿A quién le hacían seguimientos? ¿Estaban 100 % autorizados? ¿Qué se estaba haciendo con esa información? Preguntas de las cuales es muy posible que no conozcamos las respuestas y si lo hacemos, serán las que le convengan a Juan Manuel y, claro está, las que no destapen las cartas de este tipo de actividades, necesarias, implementadas por las Fuerzas Militares.

Cuarto, no es posible que en Colombia sea delito hacerles seguimiento táctico y de espionaje a los criminales. Por muchos "diálogos" que haya, las Farc no han dejado de ser unos terroristas, lo ratifican cada día, entonces ¿por qué no cuidarnos de ellos?

Por último: Juan Manuel Santos nos debe otra explicación, no la tendremos, no obstante este tipo de situaciones son las que debemos tener en cuenta el 25 de mayo cuando vayamos a marcar el tarjetón. 

PS: les recomiendo seguir en Twitter @AndromedaCol, una cuenta muy divertida.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/A/andromeda/andromeda.asp

jueves, 6 de febrero de 2014

Derroche y falta de comunicación

Por DIEGO MORA | Publicado el 05 de febrero de 2014 El Colombiano


Elegí estudiar comunicación porque siempre me gustó escribir. Mi proyección profesional la vislumbré en esa área y hoy la cumplo en parte en este espacio en el que ya llevo dos años ininterrumpidos expresando mi opinión. También lo hago en mi blog y en otros medios que me permiten desarrollar este ejercicio.

Comunicar es todo. Es un proceso inherente al ser humano y es tan sencillo como decir "buenos días", y que te respondan "cómo amaneciste", hasta decir "feliz noche", y que te digan "duerme bien". Sin embargo, tanta teoría al respecto, porque es una de las áreas más estudiadas en el mundo, ha convertido algo tan sencillo como emitir un mensaje y esperar una retroalimentación, es una fórmula complicada y casi imposible de entender, por eso se escriben más libros de comunicación en la actualidad que poemas y cartas de amor.

Conocí el fin de semana, gracias a Jorge Romero (un tuitero muy activo @jorgitoro), una fotografía del equipo de prensa de la Casa de Nariño. Un grupo de profesionales, con seguridad, de grandes capacidades y que sobrepasa las 40 personas. 

Su jefe, el Presidente de la República, ha dicho en varias oportunidades que los problemas de su gobierno y el que los colombianos no conozcamos su "gran obra", se debe a que no están comunicando de manera correcta todo lo que hacen. Me voy a ir a lo simple, aquí pasan dos cosas: o es muy poco lo que se hace y es poco lo que hay para comunicar, o el equipo (los más de 40) no están haciendo bien su trabajo.

La verdad no es tan difícil comunicar. Simplemente hay que conocer a nuestro público, hablarle en un lenguaje sencillo, que lo entienda desde el doctor hasta el analfabeta, pero eso a Santos se le hace imposible, ¿por qué? Fácil, porque no conoce las regiones, se dedicó a gobernar desde Bogotá y se olvidó del resto del país. Su lenguaje es complejo y no es natural, hasta para leer su nombre usa teleprompter, y como dicen por ahí, si no se hace desde el alma no funciona.

Preocupa el derroche de dinero y la nómina tan alta destinada para este y darnos cuenta de que los resultados no se ven. Un solo contrato, cuyo objeto es "apoyo y asesoría al Alto Consejero para las comunicaciones" nos costó a los colombianos $213.184.800 en nueve meses. Son $23.687.200 al mes. ¿Tanto dinero para una persona y no se ve el trabajo? ¿Honorarios más altos que los del propio Juan Manuel Santos? Inaceptable pero no imposible en este gobierno. 

Por último: presidente, si sus problemas son de comunicación, proceda a la cancelación de contratos, no más derroche.


@DiegoMorita

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/D/derroche_y_falta_de_comunicacion/derroche_y_falta_de_comunicacion.asp

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