"Cuando algo escasea, su precio tiende a subir", es una regla de oro en los mercados, no importa cuál sea el producto o servicio al que se le aplique, para todos funciona.
Pero también la podemos aplicar a la política y a los gobiernos.
¿Qué es lo que más escasea hoy en Venezuela? Correcto, la democracia. Por eso su valor cada día aumenta más, porque la sociedad clama por ella. Las manifestaciones de miles de estudiantes impulsados por la oposición (infortunadamente fracturada) son un grito de no más y que solo busca restaurar las libertades y derechos perdidos, desde hace mucho, en el vecino país, dos elementos fundamentales para su correcto funcionamiento.
La polémica es si Maduro es más radical que Chávez, si su manejo de la crisis es la adecuada, si sus declaraciones son apropiadas y se dan en el momento preciso generando tranquilidad. La respuesta: ninguna de las anteriores. Maduro no es más radical, no tiene manejo de crisis, no tiene ni idea de lo que dice, no es líder, simplemente Maduro es un torpe, una casualidad, mala, de la vida, de Venezuela y el mundo que un día se despertó siendo Presidente de una nación rica y que hoy la tiene en un estado deplorable y del cual tardarán mucho tiempo en salir.
Triste momento para un país lleno de oportunidades…
¿Y qué escasea hoy en Colombia? Las respuestas pueden ser muchas, diré, para centrarme en una porque el espacio es corto, que hoy carecemos de confianza, por eso su valor cada día es más alto, por eso cada critica, cada reproche al gobierno no es más que una demanda para que nos la devuelva.
Independientemente de su color político, creencias, odios y amores, creo que la gran mayoría coincidirá es que nos sentimos desubicados, no sabemos el país para dónde va. Vemos a un Presidente de tumbo en tumbo, con salidas en falso, escándalos semanales (gracias a la revista Semana), un proceso en La Habana que no avanza (si acaso arrancó), inseguridad creciente, etc.
Juan Manuel Santos también fue una casualidad para Colombia. Jamás hubiera sido Presidente si Uribe no le hace el guiño (sí, un gran error en el que 9 millones lo seguimos y que ya ha reconocido miles de veces) y fue inferior al gran reto que la historia le otorgó.
Triste momento para un país lleno de oportunidades…
Por último: no son muy distintos Maduro y Santos. El primero sigue violando la democracia en su país, el segundo acabó con uno de nuestros grandes tesoros, la confianza. Ellos nada ofrecen a dos pueblos que tanto les demandan.
@DiegoMorita
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/O/oferta_y_demanda/oferta_y_demanda.asp
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