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lunes, 3 de marzo de 2014

Natalia París

Siempre quise escribir sobre Natalia París pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo. Hoy lo hago con tranquilidad, sin afán, sin que sea producto de una coyuntura. Lo hago simplemente por gusto, porque me nace, porque creo que uno debe escribir de lo que le gusta sin pensar en que le guste a los demás, pero si les gusta mucho mejor. Además creo que ella lo merece, así la posibilidad de que lo lea esté más lejos de la opción de ganarme la lotería (y eso que no la compro).

Natalia París me parece una de las mujeres más inteligentes que tiene Colombia. ¿Por qué? Simple: porque siempre he creído que la inteligencia pasa primero por saber quién eres y segundo sabes qué hacer con aquello que eres y ella en ese sentido nos da cátedra a muchos. Como dicen por ahí: zapatero a tus zapatos.

Jamás he medido la capacidad mental e intelectual de una persona por su conocimiento. De qué le sirve a uno saberse todas las capitales del mundo si existe Google que en menos de un segundo te responde todo lo que le preguntas. Yo no me sé todas las capitales, ni las desembocaduras de los ríos y ni me interesa. Ni siquiera podría responder quiénes han sido los presidentes de Colombia del 70 para atrás ¿eso me hace un bruto? Quizás para algunos sí, pero me tiene sin cuidado, porque la opinión de ese tipo de “inteligentes” no tiene relevancia.

Por ejemplo: Einstein es uno de los seres humanos más inteligentes que ha dado el planeta, por algo fue elegido como el científico más importante del siglo XX. Él, supo qué capacidades tenía y se dedicó a explotarlas. De nada le hubiera servido, ni a la humanidad, ser un gran físico de haberse dedicado a la música o a pintar.

Natalia lleva más de 20 años vigente en el modelaje, un mundo de figuras esporádicas. Tiene su línea de productos de belleza, bronceadores, diseña ropa interior y jeans. Toca piano, es publicista, ahora DJ y sigue apareciendo en las portadas de las revistas más importantes del país, incluso del mundo. Cada uno la juzgará como desee, ya muchos lo hacen y se burlan de ella replicando los chistes e imitaciones que hacen en programas de humor. Ponen en su boca palabras que jamás ha dicho y la ridiculizan obteniendo réditos personales a costa de su imagen. Una triste práctica pero que no deja de ser una simple y burda imitación alejada de la realidad.

Quisiera ver a una de esas personas catalogadas como “inteligentes” por la sociedad, ser tan exitosa como lo es ella.

Natalia es, quizás, la mujer más deseada del país desde hace años. Muchos crecimos soñando con ella, es la diva de una generación que se quedó boquiabierta con su comercial de Cristal Oro, en el que aparecía con un bikini dorado. Muchos la admiramos, la seguimos y lo haremos, posiblemente, el resto de nuestras vidas.

Hoy en día, Natalia hace lo que le da la gana. Vive tranquila viajando (lo sé porque la sigo en Twitter) y haciendo sus toques y creando empresa. Entendió que es el momento de recoger todo lo que ha sembrado y demuestra que la tiene sin cuidado lo que se diga de ella. Los chistes que se cuentan a su nombre, más que disgustarla la divierten y en el fondo le sirven porque le siguen dando vigencia (ya quisieran los “inteligentes” que los usaran de esa manera).

En fin, considero a Natalia París una gran mujer. Debo aclarar, aunque sobra, que no la conozco, jamás le he visto en persona, ni siquiera a 20 metros, algo que me parece absurdo pues vivimos muchos años en la misma ciudad, pero así es la vida.

Este es un sencillo homenaje a una gran mujer. ¿Cuántos lo leerán? No sé y no importa, con tal de que ella lo haga, por eso hoy compré la lotería.


@DiegoMorita

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