COLUMNISTA
DIEGO MORA ARIZA
PUBLICADO EL 04
DE MARZO DE 2015
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El Proyecto de Acuerdo 300 de 2015 fue aprobado el pasado martes 24 de febrero en el Concejo de Medellín. La votación quedó así: 14 votos por el SÍ de los siguientes concejales: Fabio Humberto Rivera, Ramón Acevedo, Roberto Cardona, Álvaro Múnera, Carlos Bayer, Carlos Mario Uribe, Jaime Cuartas, John Jaime Moncada, Jesús Aníbal Echeverry, Carlos Mario Mejía, Aura Marleny Arcila, Rober Bohórquez, Santiago Martínez, María Mercedes Mateos.
Óscar Hoyos no votó y José Nicolás Duque no tiene voto, pues lo perdió al ser expulsado del Partido de la U, aunque asiste a las sesiones y cobra su salario normalmente.
Fueron 5 los votos (responsables) por el NO: Bernardo Alejandro Guerra, Luis Bernardo Vélez, Miguel Andrés Quintero, Yefferson Miranda y Juan Felipe Campuzano. Estos cinco concejales argumentaron de forma clara su desacuerdo, pero no fueron escuchados por sus colegas y mucho menos por la administración, que con sus cuentas claras solo se dedicó a decirle a uno que otro partidario del SÍ qué decir y cómo para defender lo indefendible.
La aprobación del PA300 nos deja claro algo: la burocracia, mal utilizada, nubla el criterio y lo compromete; esto se hace evidente en los 14 concejales que dieron su voto para aprobar las facultades especiales para Aníbal Gaviria en los próximos cuatro meses, a diez de terminar su período como alcalde, en pleno año electoral y con Ley de Garantías a la vista.
No existe estudio que soporte la solicitud hecha por la administración municipal al Concejo de Medellín en este acuerdo, sin embargo, así fue aprobado; es decir, 14 concejales tomaron una decisión basados en la confianza y en la buena fe. Loable que se crea en la buena voluntad de un gobernante pero no cuando está en juego el patrimonio público de la segunda ciudad más importante de Colombia, razón por la cual esa decisión es irresponsable.
La ciudadanía se movilizó en redes sociales, y como lo escribí en este mismo espacio la semana anterior, abarrotó las tribunas del Concejo. Muchas más se quedaron por fuera. No hubo una sola voz diferente a la administración y los 14 del SÍ que apoyara el proyecto y el hecho de que este fuera presentado en unas sesiones extraordinarias y para ser tramitado en 10 días genera muchas dudas, con las cuales seguramente nos quedaremos, pues ya fuimos testigos de las pocas explicaciones que se merece la ciudad de parte de su gobernante.
La primera decisión de Gaviria, haciendo uso de sus superpoderes, fue crear una Gerencia de la Bicicleta. Lo hace porque quiere y puede, sin pedirle permiso a nadie. Más entidades para una administración que en 2012 se “modernizó” creando vicealcaldías que hoy, tres años después, nadie sabe qué hacen ni para qué sirven. Como dicen por ahí, nada más peligroso que el poder en las manos equivocadas.
Por último: ¿qué le espera a Medellín? Es la pregunta que ronda en el ambiente. Nadie quiere que se ponga en peligro la estabilidad económica de la ciudad, suficiente tenemos con la creciente inseguridad, el recorte a los programas sociales y la falta de vías, por citar algunos ejemplos. Esta ciudad necesita certezas y no todas las incertidumbres que hemos cultivado en estos tres años. No lo olviden, en octubre no podemos equivocarnos al elegir.
@DiegoMorita
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