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jueves, 23 de abril de 2015

Coyuntura indignante

COLUMNISTA

DIEGO MORA ARIZA


       PUBLICADO EL 22
 DE ABRIL DE 2015 
http://www.elcolombiano.com/

En Colombia nos pasamos los días de coyuntura en coyuntura, somos expertos en indignarnos por cada cosa que sucede en este país convulsionado y rápidamente convertimos en tema nacional los temas que nos parecen relevantes. De igual manera, a la velocidad de la luz, nos olvidamos de lo que ayer nos causó impacto y lo mandamos a la cola, dándole paso a algo nuevo.
Hace poco el escándalo en la Corte Constitucional ocupó las primeras páginas de los periódicos y los titulares de los noticieros de televisión. Hoy nadie habla de ello. La propuesta de dividir el departamento de Cauca, dividió, precisamente, al país entre los que estaban de acuerdo y los que no. Insulto vino y fue, pero hoy nadie dice una palabra al respecto. Lanzaron una campaña llamada “Soy capaz” y mucha gente (sobre todo en los medios de información) se unió y le dieron una difusión impresionante y quienes estaban en desacuerdo sentaron su voz de protesta. Hoy, unos y otros no dicen ni mu. La semana pasada fueron masacrados por las Farc diez militares y esto levantó al país en una sola voz de rechazo por un acto de barbarie inexplicable. Pero de inmediato, a pesar del dolor de la muerte, la indignación pasó a ser el anuncio de ponerles plazo a las negociaciones, el fracaso de las consultas internas y de esto saltamos a poner en la agenda que un senador llamó “gatos” a quienes abuchearon a Santos, el discurso de De la Calle y seguro, mientras escribo esto, una indignación nacional se está fraguando por el reciente anuncio del presidente de pedirles a las Farc mostrar su voluntad de paz o por la tal Ley habilitante.
El día a día nos está ganando la partida. Pasan tantas cosas en nuestro país (en su mayoría negativas) que vamos de una a otra a un ritmo desenfrenado sin hacer pausas para analizar por qué suceden. La agenda setting controla nuestra vida, controla nuestro tiempo y hasta nuestra forma de pensar. Nos dejamos llevar por los titulares y no le prestamos la suficiente atención al contenido y es que con seguridad, si el título de esta columna fuera “Santos traidor” o “Uribe héroe” tendría más lectores de los que acumulará (eso espero) con el nombre que lleva. ¿O no?
Caemos en esos errores por la necesidad de querer estar informados (algunos solo por parecerlo) y porque pensamos que nuestras posiciones le interesan a otras personas. ¡Quizás sí! En estos ejercicios y en redes sociales nos hacemos nuestro espacio y hasta logramos un nombre (bueno para algunos y malo para otros, situación que va cambiando según nuestras posiciones), que nos lleva a crear audiencias. Hasta ahí no hay problema, los inconvenientes surgen cuando pensamos que podemos influir en los demás a las malas y al no lograrlo, alimentamos nuestra lista de enemigos o como dirían unos y otros: enmermelados, traidores, vendidos, incoherentes o guerreristas; perros bravos, tiburones, enemigos de la paz, etc., y eso solo para centrarnos en los dos bandos que polarizaron al país, error que también cometemos, pues redujimos a Colombia a “uribistas” y “santistas” o “antiuribistas” y “antisantistas”. El país es más grande que la política, todos debemos tenerlo en cuenta.
Por último: debemos entender que Colombia va más allá, y debe ir más lejos, de una o mil coyunturas diarias. El país tiene problemas estructurales graves que se nos olvidan y se van aplazando sus soluciones, es hora de que los políticos los enfrenten sin pensar en el número de votos que les puedan dar. Por otro lado, nosotros los ciudadanos tenemos la responsabilidad de entender que nuestro aporte se debe basar en el respeto por las posiciones de los demás, el día que esto pase, quizás podamos empezar a hablar de una verdadera paz.
@DiegoMorita

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