¿En qué momento la libertad de
expresión, válida y necesaria, dio paso a la libertad de calumniar o de
acomodar los hechos a conveniencia de quien se expresa?
En Rionegro (Antioquia) lo estamos viviendo y
so pena de darle eco y soporte para que se victimicen los que acuden a esto
como práctica diaria, quiero escribir al respecto, pues no es un secreto que lo
relacionado con “fake news”, mejor dicho con la mentira, es algo que vengo
investigando y que me produce escozor y mucha, mucha rabia.
El gobierno, no importa de qué
color sea, siempre tendrá detractores. Desde tiempo inmemoriales (siempre quise
escribir eso y es la primera vez que puedo) existe la política y por ende los que
se dedican a ella. Por supuesto, la oposición a una idea es proporcional a la
idea misma y si Sócrates tenía enemigos que lo llevaron a la muerte imagínense lo
que puede pasar con el resto de los mortales.
No me quiero ir muy lejos, porque
a Rionegro lo tenemos al frente y ahora que empezamos la campaña,
con miras a las elecciones de octubre, se viene agudizando más la mediocridad
de algunos que ante la falta de argumentos e ideas, siguen cavando huecos y buscando encontrar algo que les sirva para atacar al gobierno. Sí, a ese mismo gobierno que sacó del atraso a
un municipio que había caído en la trampa de creer que como no pasaba nada pues
nada tenía que pasar. Por eso el cambio le dio duro a algunos y tomó por sorpresa
a otros que no esperaban que lo prometido se hiciera y que rápidamente Rionegro
diera el salto al siglo XXI.
“Que el municipio era capaz de
invertir medio billón de pesos y no le tenía que vender E.P.Rio a EPM. Que el
hospital Gilberto Mejía Mejía se salvaba inyectándole 1000 millones de pesos. Que
la valorización es terrible y esas vías que se están haciendo no son necesarias.
Que el predial no le bajó al 80% de los propietarios y que Sonrío es un
capricho del alcalde”. (Lo pongo entre
comillas pero en realidad estoy parafraseando a unos cuantos).
Esos ejemplos son reales y me
quedo corto en los calificativos que han usado para que sus mentiras sean
creíbles. ¡Y lo han logrado! Porque no es tan difícil que alguien te crea
cuando apelas a su emotividad y le dices que todos los de la administración son
unos corruptos, que la plata se va para los bolsillos de los funcionarios y que
Sonrío va a funcionar con buses que la familia del alcalde tiene en Pereira y
por eso los transportadores de Rionegro se van a quedar sin trabajo.
Y dicen lo que les provoca porque
pueden hacerlo, no son el gobierno. Lo anterior es un fragmento de la película
Brexit, y es absolutamente real. Mientras los que se oponen dicen
y hacen lo que quieran por los canales que desean, el gobierno solo tiene la
institucionalidad para responder, lo cual lo hace lento. Cuando se sale a
desmentir algo ya se han dicho diez mentiras más. ¡No hay cómo controlarlo!
Es lo anterior una de las causas
de que la culpa sea siempre del área de comunicaciones. Y no me victimizo, no
es mi estilo, pero pongo de manifiesto que creo en las instituciones y que
prefiero un millón de veces ser lento y que me critiquen por malo, si así desean llamarme, que salirme de la línea de mis principios y atacar por
cualquier medio. Este texto es una forma de demostrarlo, será público y
seguramente los mentirosos de oficio -y los de época electoral- que lo lean (si
acaso pasa), se sentirán identificados.
Será inevitable que sigan
diciendo mentiras, que los ataques vengan cargados de versiones acomodadas que
le den peso a sus posiciones, que desacrediten lo laboral y claro, se metan con
lo personal, y mil cosas más, todo por el poder, todo por el ego y el orgullo, más importantes para ellos que cualquier cosa.
Si usted no quiere caer en la
trampa simplemente haga filtro a la información que le llegue. Si tiene dudas
pregunte a alguien más, busque en los medios tanto oficiales como de comunicación,
contraste la información y dude, dude mucho de aquello que le llega por Whatsapp
y que genera miedo e incertidumbre. En resumen, no trague entero porque es eso
precisamente lo que alimenta a quienes viven de la mentira.
La libertad de expresión no puede
usarse para calumniar, es un derecho de todos pero es nuestro deber hacer buen
uso de ella.
Diego Mora
Jefe de Comunicaciones
Alcaldía de Rionegro
@DiegoMorita
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