Ni reinventados, ni resilientes, ni ninguna mierda de esas. De esta pandemia vamos a salir –si es que salimos- siendo peores, con el odio más profundo en nuestra alma pero a flor de piel y listo para enfrentarse con quien se atreva a discrepar de nuestra posición.
Somos una catástrofe de humanidad. Basta ver lo que está pasando en Estados Unidos y la excusa perfecta que encontraron los que tienen espíritu de bandido, para salir a la calle a destrozar lo que encuentran a su paso y para agredir a las personas, con un espíritu no tan dañado, que no protestan. Es claro que el asesinato de George Floyd, fuera quien fuera y sin importar su historial, es terrible, es la muestra de la estupidez humana. Un policía sordo, rodeado de otros más sordos que él, fueron incapaces de ponerle sentido común a la situación. El resultado: un hombre muerto, ellos despedidos, con un juicio a la vista y una segura condena por homicidio (aunque si existiera el delito de ser imbécil, por ese les darían más años).
Y dolió en todo el mundo esa muerte, en redes pusieron una imagen negra a modo de protesta virtual (ridiculez de lo más inútil), solo porque quedó registrada en video. A diario mueren en el mundo miles de personas por racismo, por intolerancia, por robarles, pero quienes se rasgan hoy las vestiduras por Floyd no dicen nada y eso porque no les llegó por Instagram o Twitter el video que les hace un llamado a la indignación. Sí, porque aquí en este planeta cada día más condenado y cerca de la autodestrucción, la indignación es selectiva, busca likes o RT.
El primero de junio, asesinaron en Colombia a un joven que ese mismo día había empezado a trabajar haciendo domicilios. Un joven que eligió el camino difícil para conseguir plata. Pero un criminal, de esos que tanto pululan en Colombia, por robarle el celular le disparó. Fue capturado, junto a otros que eligieron el camino fácil para darse sus gustos, el camino de salir a buscar lo que otros han trabajado. Esa es nuestra realidad. Pero no vi a quienes protestaron por la muerte en EE.UU. alzando su voz por Juan Carlos Gálvez. Claro, es que ese nombre tan latino no vende, no da seguidores.
En fin, tal vez lo mejor que podría pasarnos es que este virus haga lo suyo sin clemencia, porque esa “nueva normalidad” de la que tanto hemos hablado -desde los filósofos, pasando por los políticos y llegando hasta nosotros los de la base-, no será tal y como esperamos. Volveremos a lo mismo y algunos más salvajes que antes. Eso somos y a eso estamos condenados.
Diego Mora
@DiegoMorita
Crudo, rudo pero lastimosamente real
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