El debate continuará eternamente, pero se ha comprobado claramente: el tamaño NO importa.
Puede ser muy grande, que implique usar ambas manos para sostenerlo o tan pequeño que toque buscar una lupa para poder verlo, no importa, el placer es igual.
También ha quedado aclarado que el goce es independiente de la duración. Puede ser larga o corta, el sentimiento de pasar bueno es igual en ambos casos.
Algunos negacionistas levantarán la mano y dirán que no, que es imposible lo que aquí estoy diciendo, pero ellos seguramente no se han dado la oportunidad de experimentar con uno grande o uno pequeño, con el de larga duración o el de apenas un corto momento. Y que los hay los hay, porque no todos se arriesgan a explorar de forma diferente y a salirse del molde. Les da pereza.
Sin embargo, mucho podrán rechazar los hechos fácticos, pero eso no hará que la evidencia se vuelque a su favor.
Señoras y señores, el tamaño NO importa, porque un libro de 1800 páginas o de apenas 30, les brindará mucho placer, uno inimaginable y que se irá descubriendo párrafo a párrafo, página a página. Al terminar, tendrán sensaciones extrañas, angustia, dolor, tristeza, alegría. Tal vez no les haya gustado del todo lo que leyeron o quizás no querían acabar nunca, pero al cerrar ese libro regresarán a la realidad después de un viaje extremo sin salir de casa.
Lean, lean y lean, no se arrepentirán.
Diego Mora
@DiegoMorita