Colombia
es un país maravilloso y lleno de historias. No importa el tema que se elija
siempre se encontrará algo único, que impacte y que te haga estremecer, cada
cual, por supuesto, elegirá si siente alegría o tristeza.
Sin
embargo, si algo debemos procurar los seres humanos es no perder nuestra
capacidad de asombro. Hace algunos años, leía en un libro de filosofía que los
niños son los mejores filósofos precisamente por su capacidad de asombrarse.
Ellos se impresionan al ver un avión volar, un perro ladrar o un gato en un
árbol, pero a medida que crecen pierden esa capacidad, por lo simple de esas
cosas.
En
lo personal, lucho cada día contra la costumbre, sobre todo en un país como
Colombia. Estamos llenos de cosas buenas y malas, en cada esquina hay una
historia asombrosa y basta con ver los noticieros de televisión o leer los
periódicos para comprobarlo.
¿A
dónde voy con todo esto? Simplemente a expresar que me niego a perder mi
capacidad de asombro, no quiero acostumbrarme a que me parezca normal que una
niña de diez años sea brutalmente golpeada al punto de casi fracturarle el fémur
y que la abuela salga a decir que es culpa de la niña. Me niego a que me
parezca normal que las Farc asesinen campesinos, utilicen caballos bomba o cadáveres
para atacar a la fuerza pública, entre otras cosas terribles. Me niego a que me
parezca normal que los testimonios de delincuentes condenados por delitos
atroces sean tenidos en cuenta y enloden el buen nombre de funcionarios
honestos y trabajadores.
En
Colombia uno podría desconectarse durante un tiempo y al regresar encontrar
cosas absurdas que pasan de largo.
Un
chamán que paraliza la opinión pública porque evitó la lluvia y que será
investigado por su trabajo y seguro quien lo contrató seguirá su vida
tranquila, una presentadora que le hace una broma a un terrible programa de
chismes y le caen encima como si fuera una delincuente, pero cierto o no el
vídeo nadie cuestionó lo dañino de estos programas, pues nada peor que un rumor
o un chisme para acabar con alguien. O qué tal la señora que cada vez que habla
le hace sentir al país lo frágil que es y ahora quiere financiación privada
para liberar secuestrados ¿acaso el secuestro y diez años de encierro en la
selva con cadenas en el cuello y soportando tratos inhumanos necesitó
financiación?
Yo
no sé si alguien leerá este artículo, pero si lo hacen lo único que les pido es
asombrarse cada día hasta con lo más sencillo, eso les ayudará a que cuando
lean el periódico o vean un noticiero se cuestionen de las cosas que pasan en
el país sin tragar entero, tal vez en ese momento se pasará de la simple
información, de la simple narración de un hecho convertido en noticia, a la
información con sentido y podremos seguir así por el camino de transformar
nuestra sociedad.