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lunes, 2 de enero de 2012

Desbalance 2011

Se acabó 2011 y empieza la costumbre del ser humano de hacer balances, de evaluar lo que se hizo y lo que faltó o mejor dicho de “llorar sobre la leche derramada”. El año que termina es el primero en el que escribí, al comenzar, mis propósitos y lo hice en el bloc de notas del celular. La verdad, pocas veces leí lo escrito. Hace unos días revisando algunas otras cosas que había allí, los encontré y de nueve, solo cumplí cuatro (44.4%) y uno de ellos a medias.
Mi primer propósito fue dejar de comerme las uñas, este fue el que cumplí a medias. Empecé juicioso, me las dejé crecer y hasta me las arreglaba. Pero a mitad de año recaí. Si hiciera parte de un grupo de “Come uñas anónimos” tendría que asistir a una sesión y decir “me llamo Diego y soy come uñas, pero duré 180 días sobrio”. Digo que lo cumplí a medias porque ya no me las como, me las arranco. Si este fuera propósito para 2012 diría que voy bien, hoy es 2 de enero y llevo todo el año sobrio.
Otro propósito cumplido fue destacarme en la maestría que actualmente curso. Ya terminé las materias y mi promedio de los tres semestres es superior a 4.3. Para mí es un gran logro, pues estudiar no ha sido una de mis pasiones, en el colegio me conformaba con un seis y en el pregrado poco me importó sacar notas altas, lo importante era ganar las materias.
Bajar de peso, fue otro de mis propósitos cumplidos. La verdad no sé cómo cumplí con esto, pues mi forma de comer aumentó considerablemente al igual que el tamaño de mi estómago. Si alguno de los que me conoce lee esto (no lo creo) dirá que estoy mintiendo. La única que lo creerá seguramente sea mi abuela (no lo leerá), que cada vez que la visito me dice que estoy flaco y me sirve comida en una cantidad que alimentaría a 10 personas.
Ser muy feliz con mi hija Mariana es el cuarto propósito cumplido y el más importante. Este año fue maravilloso, siento que he crecido como padre, que la entiendo más, que he aprendido aquello de la crianza con ideas y sin tanta represión. Además, Mariana me llenó de alegrías, a mitad del año ya había cumplido con los objetivos de su curso (pre jardín) así que empezó a practicar la lectura y la escritura y en tres meses ya las dominaba. Una niña disciplinada y llena de valores, eso la tiene opcionada a una beca en el colegio ¿qué más puede pedir un padre?
No cambié de carro, no viajé, no ahorré, no leí, son algunos de los propósitos incumplidos y ahora que los leo siento que no tienen ninguna importancia. No creo que mi vida fuera diferente de haberlos conseguido, por eso este año 2012 lo viviré sin propósitos escritos. Cada logro será bienvenido y se habrá cumplido porque trabajé para hacerlo, no porque lo tenía escrito.

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